Mientras espera por ser convocado a la Selección Argentina para jugar el Mundial de Sudáfrica 2010, Ezequiel Lavezzi está -involuntariamente- en boca de todos en Italia. Fanático de los tatuajes, al delantero del Nápoli, que busca ocupar un lugar entre los 22 jugadores de Maradona, lo tildan en Nápoles de haberle dado origen a una disputa entre dos tatuadores, que están vinculados nada más ni nada menos que a la Camorra, y que derivó en el asesinato de uno de ellos.
La hipótesis del crimen, revelado por el Comando de Carabineros de Castello di Cisterna, apunta a la rivalidad que nació entre los tatuadores Vincenzo Russo y Gianluca Ciminiello. Al parecer, Russo se indignó por las ofensas escritas en una fotografía divulgada en Facebook en la que Ciminiello aparecía junto al goleador argentino. Entonces, Russo, estrechamente vinculado al clan de la mafia Amato-Pagano, organizó una venganza que incluyó un ataque contra el negocio de Ciminiello, quien a balazos logró que sus agresores desistieran y se escaparan. Pero, días después, el cadáver de Ciminiello apareció acribillado y los investigadores le apuntaron a Russo.
Russo se habría enfurecido aún más al saber que su rival utilizaba esa fotografía con Lavezzi para hacerle propaganda a su negocio, ubicado en las afueras de Nápoles. El delantero argentino, que se tatuó muchas veces en Italia, ya llamó la atención con su tatuaje de un revólver a un costado de la cintura.