De boxeador a maestro Hugo Emmer busca a través del deporte una nueva oportunidad para los jóvenes de barrios marginales

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Video: Informe en el gimnasio de box

En el Club Alberdi entrena a chicos que dejaron la escuela y buscan una alternativa al ocio y el riesgo de las calles. La pasión que se convirtió en la razón de su vida es también la oportunidad para enseñar a los nuevos boxeadores. Dos hermanas de barrio Obrero son las principales promesas en el gimnasio. Ambas sueñan con la consagración en el ring y advierten que el box es mucho más que un pasatiempo.

El ex boxeador riocuartense Hugo Emmer a los 56 años busca a través del deporte una nueva oportunidad para los jóvenes de barrios marginales.
En el Club Alberdi entrena a chicos que dejaron la escuela y buscan una alternativa al ocio y el riesgo de las calles. La pasión que se convirtió en la razón de su vida es también la oportunidad para enseñar a los nuevos boxeadores.
«Son los chicos marginados los que vienen a practicar esta humilde deporte. El objetivo es hacer algo por ellos y fomentar el boxeo porque no hay nadie que quiera enseñar. Río Cuarto tuvo grandes valores pero no le brindan la oportunidad para que desarrollen el conocimiento», señaló Emmer.
El histórico deportista recordó que «pagaba para entrenar» y eso lo obligaba a trabajar. Hoy quiere transmitir experiencias y lograr «nuevos valores» para el boxeo local.
Dos hermanas de barrio Obrero son las principales promesas en el gimnasio. Yoana y Griselda Flesia sueñan con la consagración en el ring y advierten que el box es mucho más que un pasatiempo.
«El colegio no me gustaba y antes de andar en la calle preferí venir a hacer algo. Este es un deporte que te da muchas chances, incluso para las mujeres», afirmó Griselda, quien como Yoana, sueña con un título.
«Es difícil imaginarlo pero me gustaría que coreraran mi nombre. En mi familia hay varios boxeadores y me gustó la idea de sumarme», manifestó.

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