Al comienzo de la cosecha gruesa, durante febrero, predominaron los comportamientos bajistas para el precio de la mayoría de los granos, en especial el de la soja. Los principales fundamentos a la hora de explicar esta tendencia descansan en la revaluación del dólar frente al euro, los inconvenientes por los que están atravesando países de la Unión Europea, el incremento del precio de los metales preciosos y la proyección de una mayor oferta de granos, principalmente por el aumento de las estimaciones de Sudamérica. En lo que va de marzo se registró una mayor estabilidad, debido a que toman más peso ciertos factores alcistas –aunque no logran contrarrestar el efecto negativo-, tales como la excesiva humedad en Estados Unidos que podría implicar demoras en la siembra 2010/11.
En cuanto a la cosecha, mientras que Brasil espera obtener 51,4 millones de tn de maíz, en Argentina, habiéndose trillado ya 40 mil hectáreas, las estimaciones alcanzan los 20,20 millones de tn, anticipando un rendimiento récord de más de 83 qq/ha. Para soja las perspectivas apuntan a los 66,5 y 52 M de tn respectivamente.
Sin embargo dichos valores se mantendrán dependiendo de las condiciones climáticas ya que las abundantes y continuas precipitaciones en ambos países podrían retrasar la cosecha, y en el peor de los casos, afectar negativamente en los rindes de los cultivos, especialmente en los de la soja que en algunas zonas viene sufriendo en mayor proporción que en temporadas pasadas por las enfermedades de fin de ciclo.
Maíz
La situación para este cereal es más que aceptable ya que habrá abundante oferta y el precio al finalizar febrero se mantuvo en orden a los $457, en parte como consecuencia de las condiciones climáticas adversas al momento de la cosecha en Estados Unidos, obteniendo granos con menor calidad de la esperada. Esto provocó que importantes compradores del país norteamericano analicen como una posibilidad la de desviar su demanda hacia el maíz latinoamericano.
Lo expuesto indica que la producción adicional que se obtendría en Argentina vendría acompañada de un incremento en la demanda, principalmente con destino a la producción de energía y carnes. Pero la preocupación actual pasa por otro lado: la posibilidad de exportar. Durante las primeras dos semanas de marzo no hubo cotización y las operaciones fueron escazas, por lo cual, si el gobierno decide dejar de otorgar permisos ROE Verde, o hacerlo a cuentagotas, el maíz podría correr con la misma suerte que el trigo; al quedar reservado exclusivamente para el mercado interno.
Hasta fines de febrero se habían autorizado embarques por poco más de 5 millones de toneladas. Si se tiene en cuenta que el gobierno estimó que el saldo exportable, luego de abastecer el consumo interno, sería de 9 millones de tn, entonces ya se habría despachado más del 50% de lo permitido, a pesar de que la cosecha está en sus comienzos.
“ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE FUNDACIÓN EGE CON LA COLABORACIÓN DE Valentina Vázquez – MIEMBRO DE FUNDACIÓN EGE – info@fundacionege.org”