La Reforma de Salud en EEUU

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La primera lección que se da en las maestrías de salud referidos a la asignatura Sistemas y Modelos de atención de la salud es que hay tres sistemas básicos de salud, el sistema Nacional integrado y público llamado sistema Beveridge como el caso inglés, el sistema basado en fondos de enfermedad no comerciales en base al trabajo que se tiene (una suerte de sistema de obras sociales) como el Alemán y el sistema de mercado donde se compra cobertura libremente en forma individual o a través del empleador como en EEUU. En este último caso se señalan tres características centrales, primero que es un sistema basado en el uso intensivo de tecnología, segundo que el 15 % de la población no tiene cobertura de ninguna especie y tercero que los indicadores de resultados medidos en tasas de mortalidad no son mejores que países como Canadá cuando este en realidad gasta mucho menos dinero que los propios EEUU. El contra argumento americano es que no se debe medir en tasas de mortalidad la diferencia de resultados sino en calidad de vida, atenuación de dolores y otras dimensiones del estado de salud que vuelven la crítica del costo contra tasas de mortalidad excesivamente simplista.

En todo caso lo cierto es que durante todo el siglo 20 se intentó modificar el sistema de salud americano y no se pudo. Fracasaron Roosvelt, Harry Truman, Richard Nixon, y Bill Clinton. Ahora, Barak Obama acaba de lograr la aprobación de la reforma en la Cámara de Representantes y que se espera ratifique el Senado en una semana lo cual es sin duda un éxito histórico innegable. La pregunta entonces es ¿por qué no se quiso modificar antes? ¿Cómo es que el actual presidente lo está logrando? ¿qué representa esto para el futuro en términos de humanización de los sistemas?.

Primero, claramente no es un problema de principios. Uno de los mayores teóricos liberales como F. Hayec en su libro caminos de servidumbre, dice claramente Que no hay incompatibilidad de principios entre la libertad y tener un seguro nacional de salud. Que en realidad por el hecho de que las personas tengan un seguro contra la enfermedad nadie buscará ni contraerlas ni afectar negativamente su salud para obtener los beneficios del seguro. Que en realidad no existe ninguna razón para que nadie sea privado de los cuidados de salud y que es absolutamente compatible el tener un seguro nacional público de salud con el ejercicio de la libertad.

Segundo tampoco resulta un problema de plata. Si el nuevo plan de Obama sale unos 94.000 millones de dólares al año, eso implica para 32 millones de personas unos 245 dólares por mes o algo así como unos 960 pesos. Claramente un aporte reducido para lo que

Son los costos de la atención de la salud en los EEUU. Pero hay más si se piensa que en el año 2007 EEUU gastó unos 572.000 millones de dólares para el ejército y en el 2009 el aporte para el salvataje de los bancos fue de una dimensión fiscal sorprendente entonces la cuestión no puede ser reducida al problema del dinero. Como dice J. Sachs el capitalismo no es un cañizo frágil que se pueda venir abajo a la mínima inversión en seguridad social. El capitalismo es robusto. Es capaz de aunar un alto nivel de renta, crecimiento, innovación y un elevado grado de protección social. Las sociedades nórdicas de Europa septentrional lo han conseguido y su experiencia arroja considerable luz sobre las opciones de los demas. En dos palabras desde F. Hayec a J. Sachs los grandes pensadores dicen lo mismo. No hay razón para no dar protección social a quien no la tiene.

En realidad entonces  el problema es de valores. En el año 2007 mencionado sólo unos 14.000 millones fueron a la ayuda humanitaria o sea algo así como el 2,5 % de lo enviado al ejercito americano. En un mundo donde sólo 2 días del gasto en la guera de Irak por los Estadounidenses permitirían instalar mosquiteros con insecticida en toda Africa por cinco años para combatir la malaria, o donde se muere un niño cada 20 segundos por enfermedades producidas por el agua contaminada , o donde con menos del 1 % de la renta mundial se podría eliminar la pobreza extrema de 1500 millones de personas en menos de 15 años, resulta obvio que el problema no es de recursos sino de prioridades y de valores.

La pregunta final entonces es ¿han cambiado los valores en las estructuras políticas americanas?. Puede ser. Sin embargo hay espacio para la duda. Dicen los que saben que Obama logró los votos mediante la estrategia del goteo. Esto es, con encuentros personalisimos con los demócratas que tenían dudas sea a bordo del avión presidencial o en la Casa Blanca que fueron aportando votos hasta llegar a los 219 que se obtuvieron.  En Argentina conocemos mucho sobre como se consiguen votos de los díscolos. Antes que una cuestión de valores, todo se basa en una cuestión de intercambio por obras públicas, transferencias de dinero o promesas de apoyo político futuro. En todo caso así funciona el mundo hoy y lo que acaba de ocurrir en EEUU es sin duda un hito histórico para el sistema de salud. Lástima, que en vez de basarse en el convencimiento y en la humanización del mundo esto se logre apenas con votos de individuos que parecen taparse la nariz cada vez que se menciona la solidaridad o la ayuda al prójimo. 
Roberto Tafani

 

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