La niña que a los 13 años parece vieja

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Zara Hartshorn, de Rotherham (Reino Unido), tiene sólo 13 años, pero aparenta mucha más edad debido a una extraña enfermedad genética que ha convertido su vida en una pesadilla. Su madre, Tracey, sabe lo que significa tener la apariencia de su hija siendo sólo una adolescente, y es que ella padece la misma enfermedad. La lipodistrofia, que puede tener causas muy diversas, produce ausencia del tejido adiposo bajo la superficie de la piel.
La chica no puede llevar una vida normal. Cada vez que sube al colectivo o va al cine y pide un ticket infantil, todo el mundo la mira de forma extraña pensando que se trata de algún tipo de broma. «Es humillante», dice la niña en declaraciones al Mirror. «Ocurre todo el tiempo (…) Cuando llevo el uniforme de la escuela la gente piensa que es un disfraz».
Zara Hartshorn tiene su cara llena de arrugas, bolsas en los ojos y piel descolgada. Rasgos comunes en mujeres de avanzada edad pero no en el rostro de una adolescente, como es su caso.
En el colegio, las burlas de sus compañeros son constantes: «Me llaman ′abuelita′ y ′mono′. Algunas veces me meto en el baño y me pongo a llorar (…) A veces les contesto y luego corro, pero otras veces tan sólo me aguanto», cuenta.

Su madre sólo quiere ayudar a su pequeña. Ella sabe lo difícil que ha sido su vida y no quiere que su hija pase por lo mismo. Tracey Hartshorn dejó los estudios por no soportar más burlas en la escuela, y cuando tuvo edad de salir con chicos recuerda que su autoestima estaba por los suelos . «Me rompe el corazón pensar que Zara pueda vivir lo mismo», dice.

La señora Hartshorn, de 41 años de edad, es madre de otros cinco hijos, de ellos, dos más padecen lipodistrofia pero no con la misma gravedad que Zara, la pequeña de los hermanos. Alrededor de unas 2.000 personas en todo el mundo padecen esta enfermedad contraída de forma hereditaria. Sin embargo, la lipodistrofia también puede contraerse «como efecto colateral de ciertas terapias con fármacos», según expertos; y también se asocia con otros desórdenes inmunológicos. No tiene cura, pero algunos pacientes pueden mejorar su aspecto físico mediante intervenciones estéticas. Una solución que de momento a Zara Hartshorn, que ya se ha sometido a un lifting y se ha retocado la piel del cuello, no parece darle buen resultado.

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