Crimen de Nora Dalmasso – A 3 años del perejilazo Zabala dijo que fue una revolución en la sociedad

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Video: Nota con Enrique Zabala

«Los primeros indicios fueron la llegada a Tribunales. Estaba la calle cortada y los fotografos se tiraron al piso. La gente gritaba y nos llamó mucho la atención», recordó. La libertad de Zárate no significó su sobreseimiento pero obligó al fiscal a indagar en otras presuntas hipótesis. Surgió entonces la acusación en carácter de sospecha leve de Facundo Macarrón y el hallazgo de 3 ADN que todavía no provocaron un avance real en la causa.

A 3 años del perejilazo que marcó un punto de inflexión en la credibilidad de la investigación por el crimen de Nora Dalmasso, el abogado de Gastón Zárate, Enrique Zabala, dijo que la movilización popular «fue una revolución en la sociedad».
La marcha comenzó a gestarse debido al descontento de los riocuartenses por la detención de un pintor a quien acusaban de la muerte en la glamorosa Villa Golf.
Tras la búsqueda de presuntos amantes y en medio de las sospechas de encubrimiento por el poder del dinero, muchos temían que cayera «un perejil».
«Los primeros indicios fueron la llegada a Tribunales. Estaba la calle cortada y los fotógrafos se tiraron al piso. La gente gritaba y nos llamó mucho la atención», recordó Zabala en diálogo con Telediario.
Añadió que «la marcha fue un quiebre superador de la sociedad que entendió que no por pertenecer a una clase social podía haber impunidad».
«Fue todo espontáneo y heterogéneo. Resultó un hecho positivo y la gente se volvió crítica. Fue muy importante y logró un simbolismo con las personas que llevaban ramos de perejil. Desde el Tribunal Superior intentaron desacreditarlo diciendo que habían venido colectivos y no es real», manifestó.
Para Zabala, su defendido sigue imputado porque «el fiscal (Javier Di Santo) no agotó las pruebas y no hubo ningún acto que siguiera la investigación contra Gastón».
La libertad de Zárate no significó su sobreseimiento pero obligó al fiscal a indagar en otras presuntas hipótesis. Surgió entonces la acusación en carácter de sospecha leve de Facundo Macarrón y el hallazgo de 3 ADN que todavía no provocaron un avance real en la causa. 
Zárate continúa imputado, le cuesta conseguir trabajo y pena por la lentitud judicial. Sin querer permitió develar el desvarío de una causa que a tres años se obstina a quitarle el mote de sospechoso y todavía se pregunta: «¿Estaría hoy libre si no se hubiese gestado la marcha del perejilazo?»

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