Lo dijo Emiliano Di Claudio, quien era presidente de la Federación Universitaria cuando ocurrió la peor tragedia en el campus. «La venta de servicios ó tecnología no está mal, el problema son las condiciones en que se hace y para quienes. Hay una imposición de empresas grandes que no les interesa la seguridad de nuestra gente. Este debate nos cuesta mucho instalarlo en el Consejo Superior porque nadie impide que los docentes trabajen para compañías internacionales. El dinero de por medio es una traba y está todo está muy desregulado», resaltó.
Foto: Misa en el Aula Mayor, a dos años de las explosiones
«No cambió el control de las investigaciones y de las empresas privadas que trabajan en la Universidad» Lo dijo Emiliano Di Claudio, quien era presidente de la FURC cuando ocurrieron las trágicas explosiones en la Planta Piloto, donde fallecieron 6 personas.
Entre las víctimas se encontraba Juan Politano, un estudiante de Ingeniería química que formaba parte del equipo de investigación Gidpo que lideraba Hugo Mattea.
«Cuando se produjo la tragedia era la época de exámenes y los chicos estaban cada uno en lo suyo. Ese miércoles escuchando la radio Universidad me entero que había un incendio en la Planta Piloto, era un desconcierto y había poca precisión», recordó.
Emiliano dijo que la primera llamada que realizó fue al presidente del centro de Estudiantes de Ingeniera, Paula Ochea. «Lo primero que pensé fue en los seres queridos, en los amigos. Al poco tiempo se conoció quienes eran los afectados y fue muy difícil», resaltó.
El dirigente estudiantil manifestó que pese a no haber estudiado en la facultad de Ingeniería .
«Con Juan había compartido algún asado, pero no teníamos una amistad. Con Paula eran muy amigos y eso generó el vínculo. Lamentablemente, ella murió en un accidente automovilístico, un año después del hecho», indicó.
Para Emiliano, «ha habido cambios en la seguridad general pero no se ha modificado lo que generó las causas».
«Hay poco control de las investigaciones y de empresas privadas trabajando en la Universidad. Había una tercerización en este trabajo entre la Aceitera General Deheza y Desmet. Desde el punto de vista de la función social de la Universidad creemos que no puede trabajar para trasnacionales», indicó.
Consideró que «las firmas extranjeras deben poner sus propios laboratorios y no utilizar el campus».
«La venta de servicios ó tecnología no está mal, el problema son las condiciones que hacen. Hay una imposición de empresas grandes que no les interesa la seguridad dee nuestra gente. Este debate nos cuesta mucho instalarlo en el Consejo Superior porque nadie impide que los docentes trabajen para compañías internacionales. El dinero de por medio es una traba, y está todo está muy desregulado», resaltó.