El nuevo Congreso

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Hay nuevo Congreso. Entre la elección de mediados de año y la entrada de los parlamentarios dos cosas ocurrieron. Primero la oposición se dividió por el tema de la concurrencia o no al dialogo político y segundo el oficialismo logró sacar todas las leyes que se le ocurrieron. El Gobierno se aseguró así prorrogar la ley de emergencia, sacó su presupuesto, sacó la ley de medios, puso impuestos a la tecnología, sacó la ley de reforma política para mencionar algunas de sus iniciativas.

Ahora las condiciones serán diferentes. La oposición se unió el primer día y tiene mayoría en las comisiones. En Diputados estará Alfonsín, en Senadores Cobos. Si la oposición se mantiene unida posiblemente no pueda imponer muchas de sus leyes por el poder del veto presidencial pero al menos podrá bloquear las iniciativas que profundicen los problemas institucionales y económicos del país. Se inica un período de un dificil equillibrio. El Gobierno, no podrá hacer lo que quiera como antes, pero podrá bloquear lo que no quiere. La oposición, también podrá impedir, pero no hacer lo que quiere, pues necesitaría dos tercios de los votos para insistir sobre los vetos presidenciales cosa que no tiene. En definitiva caminamos hacia una situación de posible parálisis legislativa.

Está claro entonces que lo que importa no es mirar hacia atrás sino hacia adelante. Mostrar que la oposición tiene madurez y proyecto. Que quiere respetar la constitución. Que garantiza seguridad institucional. División de poderes. Destrabar la economía. Intención de corregir las distorciones de precios relativos. De corregir los problemas de tantos subsidios discrecionales.  Intención de volver a ganar los mercados perdidos. Revertir con actividad económica el proceso de desigualdad en la distribución del ingreso que pese a la retórica en contrario de este Gobierno se agrava. De defender la salud pública etc.

Si la oposición manda ese mensaje el capital descontará el futuro. En un año habrá  nuevo presupuesto y nuevas señales. Las inversiones podrán planificarse y comenzar. Se estará actuando ya sobre un escenario poskirchnerista aún en pleno gobierno de la actual Presidenta. Se podrá en definitiva avanzar y ganar tiempo. Si en cambio la oposición se divide, y se pelea por pequeñeces. Si muestra incapacidad organica de defender las reglas de juego institucionales, entonces nada cambiará aún en el 2011. Como se ve el cambio del Congreso trae por ahora más promesas que realidades. Sin embargo las señales serán seguidas de cerca y la responsabilidad mayor no es del oficialismo sino de la propia oposición. 

Roberto Tafani

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