Caso Nicolás Sabena – Existe una correlación entre todos ellos y la desaparición

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ANTICIPO TD – Lo dijo el fiscal Medina al hacer referencia al pedido de investigación sobre 5 personas «cómo partícipes, cómplices ó encubridores». Para el funcionario podría surgir un vuelco en la causa. Por su parte, el abogado Nieto sostuvo que «Soria es la cabeza visible de una pequeña organización vinculada a la desaparición» Hoy, Testa dio a conocer los fundamentos de la sentencia al remisero y envió la resolución a Guzmán. Telediario Digital accedió a la argumentación sobre la condena a 3 años y medio de prisión (se suma un año más por una pena condicional) contra el remisero que intentó extorsionar a los padres del joven.

Clave:
* Testa ordenó que «en atención a lo solicitado por el Fiscal de Cámara corresponde remitir copia de la presente sentencia a la Fiscalía de Instrucción de Primer Turno debido a la vinculación existente entre ésta y la investigación que lleva adelante respecto de la desaparición de Nicolás Sabena»

El último contacto de la familia con Nicolás Sabena fue el 14 de septiembre del 2008. Un mensaje de texto fue la comunicación escueta y poco reveladora que Nicolás envió, presuntamente, desde la quinta de los Vargas Parra, ubicada a pocos metros de la ruta A005.
La noche del 22 de septiembre, aproximadamente a las 20:30, sonó el timbre en la casa de la familia Sabena y el hermano menor de Nicolás pudo oír una motocicleta que se retiraba a importante velocidad. El conductor del Scooter era Martín Soria quien había dejado dos escritos en papeles amarillos sobre la reja del portón. Soria había llegado con la cara prácticamente cubierta para evitar ser identificado, según relataron algunos vecinos. Sería una pericia caligráfica la que delataría su autoría. 
La familia de Nicolás creyó que lo habían secuestrado y que debían pagar por su rescate. El extorsionador fijó fecha y lugar para el pago pero la maniobra se frustró.
“Si queres que vuelva a las 22 hs quiero $ 3.000 pesos, sino de lo contrario sabes como sigue. Lo que te pido es la moneda que el me debe el y ¡ojo! con avisar a la policía se puntual…”, rezaba en el texto.
La noche de la extorsión los riocuartenses ya conocíamos que Nicolás estaba desaparecido porque su foto apareció por primera vez en portada de los medios de comunicación.
El juicio al remisero Soria, condenado a 3 años y medio de prisión por una tentativa de extorsión a los padres de Nicolás, fue el primer proceso judicial en medio de la investigación por la ausencia del joven.
El fiscal de Cámara Jorge Medina solicitó en su alegato que, “por la ligazón existente entre esta causa y la que se instruye por la desaparición de Nicolás Sabena, se remita copia de la sentencia a la Fiscalía de Instrucción que se encuentra avocada a la misma, a los fines de que se investigue la posible participación, como autores, cómplices o encubridores de las siguientes personas: Vargas Parra -padre e hijos/as-, Walter Esteban Bustos, Martín Ezequiel Soria y Angel Gustavo Zabala, ya que por distintos elementos traídos a este Tribunal, existe una correlación entre todos ellos y la desaparición de Nicolás Sabena”.
Medina cree que el móvil de la desaparición de Nicolás pudo esta vinculado con una disputa por drogas y no descartó de que el juez federal Carlos Ochoa tomara intervención en el caso.
Por su parte, para el doctor Félix Nieto, abogado de la familia Sabena, “Soria es la cabeza visible de una pequeña organización vinculada a la desaparición de Nicolás Sabena, se aprovechó del infortunio de las víctimas y ello debe ser tenido en cuenta al momento de la determinación de la pena».

No lo conocía

Rosa Sabena no conocía a Soria y con el tiempo advertiría que el extorsionador y Zabala se habían contactado con su hijo a través de Bustos. Los padres de Nicolás lo consideraban al joven como “un chico manejable e influenciable”
En la Investigación se habría determinado que Soria -quien fue detenido en la vivienda donde residía en el IPV Alberdi- conducía un coche Renault 19 que también habrían utilizado Zabala y Bustos.
Según señalaron del propio entorno, Nicolás había sido visto movilizarse en una moto y un Chevrolet Astra que le prestaban los Vargas Parra ó en el remise que conducían los remiseros sospechados. Los padres de Nicolás nunca dudaron que en ese contexto de nombres estaban las llaves para develar el misterio de la desaparición. Incluso, Rosa sostiene que Soria sabe sobre un posible desenlace fatal en la vida de su hijo.
El análisis de sábanas telefónicas develaría una fluida comunicación entre Soria y Bustos, Bustos y Vargas Parra y del hijo del dueño de la quinta con Zabala.
Bustos iba hasta 3 veces al día a buscar a Nicolás al taller de su padre y tras la desaparición afirmó que hacía tiempo que no se contactaban. Sin embargo, habría llamadas entre los celulares que ambos utilizaban habitualmente.
Un dato estremecedor conmueve aún a los Sabena. Poco después a la desaparición de su hijo un motociclista se acercó al padre y le dijo que “la mano venía brava” y que buscara “por el lado de Zabala”. No lo volvería a ver.

Solo, la novia

La novia de Nicolás -quien fue investigada por el fiscal de instrucción Walter Guzmán y en cuyo domicilio se hizo un exhaustivo procedimiento de búsqueda- era una desconocida para Rosa y no habría elementos probatorios que la vinculen con una presunta desaparición forzada de su novio.
El 14 de septiembre se comunicó por última vez con Nicolás, con quien se había encontrado tres días antes. Le dijo que estaba en la casa de un amigo: “el Negro Vargas, en Villa Dalcar”. Después intentó comunicarse nuevamente con él pero el teléfono no funcionaba.
Semanas más tarde la joven se encontraría con Vargas en un bar y este le habría dicho que “se fue de casa llevándose todas sus cosas, estaba re loco por una pelea con sus padres”

Lo que dijo Soria

Ante el juez Oscar Testa, Soria había señalado que escribió las cartas extorsivas porque «el chico Sabena me debía viajes que había realizado en el remis».
Aunque inicialmente Soria había señalado que Vargas Parra lo había obligado a escribir las notas, ante el magistrado se desmintió.
El ahora preso de la Unidad Penitenciaria señaló que hacía «seis meses» que lo conocía a Nicolás y que tuvo el primer contacto a través de Bustos, a quien calificó un amigo personal. 
Soria fue dos veces a cobrar una presunta deuda de 800 pesos al taller del padre quien le dijo que no se hacía cargo de las deudas de su hijo, según afirmó el propio acusado. 
El remisero relató que pasaba a buscar regularmente a Nicolás lo llevaba hacia la casa de su novia, en Banda Norte. Aunque no se consideró un «amigo» del desaparecido, admitió un trato en el que «aceptaba» que Nicolás no pagara algunos viajes «porque era un recomendado» de Bustos.
Sostuvo que existía un vínculo de amistad entre Nicolás y «Jack o Yaco» Vargas, el hijo de los Vargas Parra, con quien no tenía buena relación. Ambos compartieron una celda en la Cárcel de Río Cuarto después de que habrían sido protagonistas de un tiroteo.
Frente al juez, Soria expresó que no llevaba a Nicolás a la quinta de “los Vargas Parra” y detalló que «esos viajes los hacía Bustos”.
Respecto a Gustavo Zabala -el otro remisero por el que Medina pidió una investigación – dijo simplemente que no es su amigo, aunque admitió conocerlo.

El fallo

El juez Oscar Testa consideró que Soria nunca declinó en su objetivo de concretar la extorsión y precisó que «no se consumó por circunstancias externas a su voluntad, es decir, el acusado no renunció a la posibilidad normal de llevar a cabo su propósito delictivo».
Expresó que “no se puede perder de vista que lo esencial para la investigación era sin lugar a dudas lograr la aparición con vida en el menor tiempo posible de Nicolás Sabena, por lo que este incidente –de Soria- se inscribía dentro del contexto general de búsqueda”
“Resulta a todas luces inverosímil que al momento culminante de declarar en la audiencia el acusado pretenda desvincularse argumentando un desistimiento voluntario que nunca puso de manifiesto, ni siquiera de la misma forma en que intimidó a una familia desesperada por la falta de noticias de uno de sus hijos y que, a la luz de que no resultó sospechado hasta bastante tiempo después del hecho frustrado”, sostuvo.
Añadió que, “de ser sincera su manifestación y en pleno conocimiento por la trascendencia mediática y social del caso, bien pudo sin mayores riesgos hacer algo que permitiera eliminar una de las fuentes de angustia de los Sabena, como bien lo puso de resalto en su testimonio la madre de Nicolás”. 
Finalmente, ordenó que “en atención a lo solicitado por el Fiscal de Cámara corresponde remitir copia de la presente sentencia a la Fiscalía de Instrucción de Primer Turno de esta ciudad debido a la vinculación existente entre ésta y la investigación que lleva adelante respecto de la desaparición de Nicolás Sabena”

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