Privatizaciones y crisis mundial

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La recesión  de la economía mundial no se convirtió finalmente en otra gran depresión. En realidad, dicha trayectoria fue evitada con déficit fiscales y emisión monetaria. Los países desarrollados procedieron a lanzar miles de millones de dólares a la circulación mundial mientras se realizaban grandes salvatajes de las entidades financieras. La estrategia fue doble, hacer que la gente gastara más y al mismo tiempo evitar que colapsaran los sistemas financieros a los cuales el consumo de corto plazo está atado a través de las tarjetas de crédito y de largo plazo a través de los créditos hipotecarios.

La incógnita era como se evitaría la inflación futura debido a la gran inyección de liquidez. En caso de no ajustar la economía de alguna manera se corría el riesgo de convertir la leve recuperación de la recesión en una W o sea de volver a caer en otra recesión a medio plazo. En todo caso la restricción era que se debía recomponer primero la demanda privada para poder luego disminuir el gasto público. En este sentido la acción de los organismos internacionales fue orientada a estimular el consumo de bienes en los países que podrían traccionar la demanda de la economía mundial.

Las primeras señales de hacia donde va la construcción de la respuesta a la futura crisis inflacionaria mundial vino de Alemania con la instalación de un Gobierno “pro mercado” que se aleja incluso de la social democracia. Lo que ahora aparece desde Inglaterra es otra señal en el mismo sentido. Ante la incógnita de cómo reducir el déficit fiscal sin bajar el gasto público, cuando todavía la demanda privada se encuentra retraída, había dos alternativas. Por un lado, subir los impuestos lo que podría eliminar la incipiente recuperación. Basta recordar la experiencia Argentina al inicio de la Gestión del Ex Presidente De la Rúa, cuando la recuperación industrial que se insinuaba fue demolido con el impuestazo de Machinea. Otra alternativa diferente era buscar recursos vendiendo activos o para decirlo en los términos de la década de los 90s privatizando.

Este último camino es el que se ha decidido pues el Gobierno Inglés venderá  desde su tren de alta velocidad, a su participación en el consorcio nuclear europeo logrando un paquete de unos 25.000 millones de dólares. Esto equivale apenas al 10 % del déficit proyectado para este año que supera los 250.000 millones lo cual muestra a las claras que de lo que se trata es de mandar señales para que la demanda privada no se retraiga y que el propio crecimiento de la economía permita luego una mayor recaudación y cerrar el enorme rojo en las cuentas públicas. En todo caso la lección que viene de Europa es clara. Este capitalismo mundial ha buscado dentro de sí la solución para la crisis. Lejos de traer mas regulación y un cambio en las reglas de juego por ahora la salida es la propia fé en el funcionamiento de los mercados y en la economía privada. El tiempo dirá si con eso sólo alcanza… 

Dr Roberto Tafani

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