Los hinchas le apuntan a Aguilar pero los candidatos se pelean por su respaldo

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El presidente de River, José María Aguilar, termina su mandato con un alto grado de desaprobación de parte de los simpatizantes millonarios, que ayer se expresaron masivamente -otra vez- contra su gestión en el club de Nuñez. Sin embargo, quienes buscan sucederlo evitan criticarlo.
Los hinchas se manifestaron al término del partido contra Gimnasia de La Plata con duros cánticos contra el titular de la institución, y amenazaron con copar el hall del club, todo un símbolo del descontento de los últimos años.
En los foros de internet, los usuarios lo eligen como blanco preferido de los insultos y lo culpa de las pésimas campañas del equipo de fútbol, hoy a apenas 16 puntos de la temida Promoción.
Entre los principales cuestionamientos que recibe Aguilar está la compra durante sus presidencias de unos 30 jugadores que no estuvieron a la altura de River, la venta de juveniles en extraños paquetes al exterior, la sucesión de entrenadores sin identificación con el «millonario», el enfrentamiento con Ramón Díaz y la escasez de títulos.
De hecho, en sus ocho años al frente de River, el club apenas ganó cuatro torneos: el Clausura 2003, con Manuel Pellegrini; el Clausura 2004, con Leonardo Astrada; y el Clausura 2008, con Diego Simeone. Algunos pretenden adjudicarle un título del 2002, con Ramón Díaz como DT, pero Aguilar recién asumía.
Frente a esa situación, y cuando los candidatos a sucederlo podrían hacer leña del árbol caído, la mayoría prefiere jugar silenciosamente por su respaldo.
Ocurre que por la composición del voto riverplatense -sufragan menos del 10% del total de socios-, el oficialismo suele ganar con amplio margen cualquier elección.
El apoyo abierto de Aguilar significaría buena parte del voto de padres del instituto de River, de empleados del club, de vitalicios y demás hinchas que hacen un uso «social» de la institución, que participan de sus actividades diarias y que no necesariamente van a la cancha. En total, es un piso de la mitad de los sufragios necesarios para ganar.
Por eso, entre todos los candidatos, los únicos que lanzan críticas abiertas contra Aguilar son Hugo Santilli y Antonio Caselli. El resto hace algunos cuestionamientos, pero sin demasiado ruido.
Hasta ahora, el presidente de River no expresó su respaldo a ninguna postulación, pero uno de sus vicepresidentes, Domingo Díaz, juega con Daniel Passarella, cuya candidatura mide bien en las encuestas pero sufre impugnaciones por -supuestamente- no cumplir los requisitos necesarios para presentarse.
También se tendieron algunos puentes desde el oficialismo con Rodolfo D´Onofrio, y podrían controlar las candidaturas de Diego Quintás y Héctor Cavallero, que declinarían sus postulaciones para ocupar lugares secundarios en la nómina que agrupe al oficialismo.
Desde hace algún tiempo, y acosado por los malos resultados deportivos, Aguilar se mantiene en silencio, pero rompería la veda autoimpuesta para pronunciarse en las próximas semanas a favor de alguno de los candidatos, para el que lejos de ser un salvavidas de plomo, será un impulso decisivo en la contienda de diciembre.

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