Déficit fiscal y financiamiento inflacionario

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El gobierno liberaría la exportación de trigo, carne y maíz. Por otro lado la Presidenta ordenó volver a tener una relación con el Fondo Monetario Internacional. ¿Qué es lo que está pasando?, ¿porqué de repente se empieza a pensar con una racionalidad económica impropia hasta ahora de los Kirchner? La respuesta es muy simple. El país está en la antesala de dificultades fiscales importantes  y al mismo tiempo enfrenta la imposibilidad de financiarse por medios no inflacionarios.   Veamos la cuestión según datos de la edición 914 de Overview del estudio My S Consultores.

En el Gobierno de Nestor Kirchner entre el 2003 y el 2007 el superavit comercial cambiario fue de 62.680 millones de dólares de los cuales el Banco central compró el 73 % esto es unos 46.184 millones. En ese período la dolarización de portafolios fue de unos 13.875 millones. Desde el último trimestre del 2007 hasta la actualidad sin embargo, las cifras han cambiado en forma inequívoca. Mientras el superavit comercial cambiario fue de 38.200 millones de dólares, las compras netas del Banco Central han sido negativas esto es perdió 300 millones de dólares. La contracara de esas cifras naturalmente se reflejan en la dolarización de los portafolios, los cuales pasaron a sumar 41.000 millones cifra cercana a toda la compra de reservas del primer período mencionado. La conclusión es obvia hay atesoramiento de dólares por parte de las personas y las empresas han dolarizado sus portafolios. El mensaje es que la confianza sencillamente se evaporó desde el conflicto con el campo.
El Gobierno dilapidó en gasto público toda la bonanza del ciclo extraordinariamente expansivo de la economía internacional entre el 2003 y el 2007. Mientras en el año 2003 el gasto público consolidado (Nación y Provincias) era del 22.6 % del producto bruto interno esa cifra subió al 30.7 % en el 2008 y a 31.9% del PBI según se estima para el año en curso. Los ingresos sin embargo que fueron del 25,9 % en el 2003 y del 33.6 % en el 2008 caerán este año al 31 % del PBI. La conclusión es obvia ha desaparecido el superavit primario. Tanto se manipuló la economía que al final cayó la recaudación y en un año ha desaparecido el superavit  fiscal. Lo curioso es que todavía los defensores oficiales hablan del modelo basado en el superavit fiscal cuando este ya no existe!!
La pregunta entonces, es como se va a financiar el Gobierno. Aquí las respuestas son poco alentadoras y todas negativas. En primer lugar con la fuga de capitales mencionadas en el apartado primero de esta nota ya no hay posibilidades de poner en circulación pesos con los que se adquirían las reservas. Se ha paralizado el mecanismo que tenía el Gobierno para inyectar liquidez en la economía se ha estancado la creación de empleo y el desempleo ahora sube. Con recesión habrá menor recaudación. En segundo lugar ya no se puede emitir contra la demanda de dinero porque esta ya no es la del período 2003-2007. En tercer lugar emitir dinero y secar la plaza con títulos como las lebac y las nobac tampoco parece probable porque el Gobierno las está teniendo que recomprar. ¿Ante este escenario que es lo que queda por hacer? La respuesta es clara si el Gobierno no cambia esto termina en un mayor financiamiento inflacionario. El problema es que en el 2008 la inflación fue del 28 % y  eso no sería ya suficiente. Puesta así las cosas eso da una idea de la presión brutal que tendrá que aplicar el gobierno sobre los ingresos de las personas para financiar su desmanejo público.
En ese escenario y dados los números de la recaudación el gobierno tendría que  congelar el gasto. Como todo el modelo se basa en dar subsidios a las empresas esto sería dar vueltas pata arriba todo el modelo oficial. Si por otro lado el gasto no se congela y sigue al mismo ritmo actual el déficit primario podría alcanzar en el 2010 a cifras cercanas a  los 30.000 millones de pesos.
 

En resumen, el Gobierno ya no tiene más margen de acción. Ahora debe volver al Fondo Monetario Internacional y trata de maquillar su acción diciendo que no se someterá a auditorías. Deberá liberar la exportación y destrabar la economía. Todas esas son buenas noticias. Lo malo es que aparezcan porque de tanto crear conflicto inútil el país está otra vez a la orilla de la inflación crónica, la caída salarial, el aumento de la pobreza y todo un escenario que recuerda la experiencia de los años 80s. De paso vale recordar que esa fue la llamada década perdida…  

Dr Robberto Tafani

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