Como vivir sin ellas, la guía para hombres separados de Adrian Demasi

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El periodista y escritor riocuartense ofrece una visión irónica y polémica sobre los hombres que deciden separarse y buscan no desesperar en el intento. Sus crónicas de experto forman parte de una publicación que saldrá esta semana a la venta. Te adelantamos algunos conceptos del libro apto para reir y reflexionar sobre el laberinto de dudas que enfrentan los recién divorciados.

«Como vivir sin ellas», la guía para hombres separados del periodista y escritor riocuartense Adrian Demasi ofrece una visión irónica y polémica sobre los hombres que deciden separarse y buscan no desesperar en el intento.
Sus crónicas de experto forman parte de una publicación que saldrá esta semana a la venta y que ya genera expectativa sobre el resultado del debate de un tema del que hablan ellos y por el que se desviven ellas.
Te adelantamos algunos conceptos del libro apto para reir y reflexionar sobre el laberinto de dudas que enfrentan los recién divorciados.
«Las primeras 48 horas del recién separado son decisivas. Agobiado por culpas propias, genuinas, a las que suelen sumarse otras transferidas… como por ejemplo volver con ella de rodillas, rogando un perdón, y creyendo ilusoriamente que «todo pasó» y «podemos ser como antes». O buscar refugio inmediato en las botellas, o en otros envases más curvilíneos, que pueden provocar similares dolores de cabeza…», señala el «divorciólogo» riocuartense Demasi  en el blog que adelanta algunas ideas sobre la problemática.
Agrega en su análisis «los momentos identificables en hombres que se separan y están solos, sin amante o novia previa».
«Primero está el «Inicial o ciclotímico». Quien lo experimenta pasa de la euforia al llanto en pocos minutos. De estar contento y aliviado por no soportar más los malos ratos vividos en el hogar compartido, deviene en profundamente apenado al extrañarla a ella, los niños (si los hay), el televisor y otras cosas del lugar, olores, etc… Ve a las otras mujeres con recelo, aunque sean muy atractivas. Este período dura entre un par de semanas y algunos meses, según la capacidad de recuperación».
Luego, destaca en segundo lugar el ciclo «de apertura»: «Puede reflexionar más claramente sobre su situación. Comienza a disfrutar de las salidas con amigos. Se fija en otras mujeres con un poco más de interés. El mayor o menor interés estará determinado por el tiempo de abstinencia sexual y la capacidad del individuo para sobrellevarla, por una parte, y la necesidad de afecto femenino, por la otra (resabio del materno recibido de pequeño, más el recibido cuando era novio y posteriormente de casado)».

«SIF»

Al hacer alusión a los Servicios de Inteligencia Femeninos (SIF), Adrián Demassi afirma que, «cuando entre varones hablamos de mujeres -además de comentar sobre sus atributos físicos- solemos eventualmente intercambiar alguna información acerca de ellas, como estado civil o a qué se dedica, con el propósito de realizar un modesto y filantrópico aporte que pueda ser utilizado por alguien interesado en hacer contacto con determinada fémina».
«Cuando las mujeres hablan entre ellas sobre nosotros se activa una célula dormida de lo que podríamos denominar Servicios de Inteligencia Femeninos (SIF), un espontáneo sistema de espionaje que trabaja más aceitadamente que el FBI, la CIA o el Mossad, que logra obtener más información sobre nosotros que la mayor base de datos existente en el planeta. Los SIF consiguen escanear las vidas masculinas con tanta fidelidad que podrían reproducir clones casi perfectos», indicó.
¿Quiénes componen los SIF? «Todas las mujeres existentes, de cualquier edad, clase social y estado civil».
¿Cómo operan los SIF? «Sus agentes utilizan redes físicas o virtuales; o sea, reuniéndose en casas, bares, etc., con cualquier pretexto (tomar un café, salidas de shopping, elegir compras por catálogo, cumpleaños de hijos o nietos, etc.) o toman contacto por teléfono o vía Internet. En las charlas que mantienen se genera un intercambio de información al estilo del clearing compensador bancario: «te doy, me das».
«Así, mientras los hombres habitualmente sólo nos comentamos si tal mina está buena o no, una mujer que no conocés (y que probablemente jamás la veas en tu vida) puede disponer de información íntima que te describa con precisión: nombre, edad, teléfono, nivel socio-económico, estado civil, hijos (edades, nombres, colegios, etc.), ocupación, pareja actual, anteriores parejas, gustos, talla aproximada, peso, color de cabello, de piel, del auto, de ojos y hasta detalles de su desempeño amoroso», aseveró.

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