Las repercusiones del adiós de Agustín Calleri que conmociona al tenis argentino

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«Acaba de llorar Agustín Calleri. Acaba de asimilar todos los dolores juntos de una decisión dolorosa, la del retiro», destacó Clarín. El matutino Crítica de la Argentina las señaló que «las lesiones volvieron a jugarle una mala pasada y, en Wimbledon, el riocuartense anunció su retiro».  «El riocuartense debió decidir, casi por obligación, dar vuelta la página y dedicarse al amor y cuidado de su familia», señaló Olé. La Nación: «El Gordo lloró y daban ganas de llorar con él, de ponerle el hombro. Porque además de un excelente tenista se va un tipo fenomenal, cordial, respetuoso…»

Clarín

Acaba de llorar Agustín Calleri. Acaba de asimilar todos los dolores juntos de una decisión dolorosa, la del retiro. Entonces dice: «Ya está, se terminó, el físico dijo basta y el tenis me retiró. Este iba a ser mi último año y la verdad es que no… No sé… Yo creo que a cualquier deportista de alto rendimiento no le gusta perder y verse mal. Y este año, ¿viste? Perdés, perdés, perdés… ¡Basta!»

Crítica

Agustín Calleri había anunciado que 2009 sería su último año como profesional en el tenis. Pero las lesiones volvieron a jugarle una mala pasada y, en Wimbledon, el riocuartense anunció su retiro.
Calleri se va tras 15 años como profesional (llegó a ubicarse 16º en el escalafón mundial, en septiembre de 2003), y con dos titulos en su cosecha: Acapulco 2003 y Kitzbuhel en 2006. En doble, obtuvo tres trofeos: Viña del Mar 2003 (con Mariano Hood), Basilea 2005 (con Fernando González) y Buenos Aires 2008 (con Luis Horna). Además, el año pasado formó parte del equipo finalista de la Copa Davis, que cayó frente a España en Mar del Plata. En este tradicional torneo en el que participó en 14 ocasiones, tuvo 14 victorias y 7 derrotas.

OLE

Retiro involuntario
Perseguido por las lesiones, Calleri le dice adiós al tenis, a los 32 años. «El físico me echó», dijo. Entre sus planes figura instalar una academia en su Río Cuarto natal.
Lejos de pegarle duro a la pelotita, como fue su característica histórica, Agustín Calleri decide abandonar la violencia. El riocuartense debió decidir, casi por obligación, dar vuelta la página y dedicarse al amor y cuidado de su familia. El Gordo anunció públicamente el retiro que ya había decidido a principios de año. Su idea era que el 2009 fuera la última temporada, pero planeaba jugar el año entero. Las lesiones (espalda, hombro derecho) y la falta de resultados terminaron relegándolo de los torneos importantes y hoy, 148° del mundo, incapaz de entrar directamente a los cuadros de los ATP, decidió decir adiós tras perder en la primera ronda de Wimbledon ante el español Guillermo García López por 6-2, 6-3 y 6-2.

La Voz del Interior

No fue su mejor despedida. El riocuartense Agustín Calleri, ex 16 del mundo, perdió ayer en su debut en el torneo de Wimbledon ante el español Guillermo García López por 6/2, 6/3 y 6/2, y anunció que adelanta su retiro del tenis debido a las lesiones que lo aquejan.
«El físico me está echando», aseguró «el Gordo», de 32 años, con una bolsa de hielo sobre su dolorido hombro derecho, tras su derrota. «¿Para qué seguir así?», se preguntó el argentino, que ya tenía previsto que 2009 fuera su último año en el tenis.

La Nación

El retiro de Agustín Calleri es un símbolo: una generación empieza a despedirse. Esa que le dio origen a la Legión argentina, que transformó a nuestro país en una potencia del tenis mundial, que llegó a dos finales de Copa Davis, de las que el cordobés fue parte. Mariano Zabaleta, Guillermo Cañas, Juan Ignacio Chela y Gastón Gaudio. Luego, la gran explosión la aportaron Guillermo Coria y David Nalbandian.
El Gordo lloró y daban ganas de llorar con él, de ponerle el hombro. Porque además de un excelente tenista se va un tipo fenomenal, cordial, respetuoso. El cordobés siempre tenía una broma a mano, siempre fue el que puso la cuota de humor en los grupos.
Calleri no fue un enorme talento. Lo suyo nunca fueron los lujos y las fantasías. El salía a la cancha a trabajar. Y si estaba en un buen día, no tiraba drops, una palabra que no figuraba en su diccionario tenístico: molía a palos al rival, lo agujereaba, lo trituraba con una potencia irresistible.

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