Aún no hay fecha para la llegada del informe genético en el que se compararán los rastros de sangre hallados en un tarro y un cuchillo con el patrón genético de los padres de Nicolás. Pese a la recompensa nadie llama para realizar aportes. La semana pasada hubo un allanamiento en la quinta próxima a la ruta A005 donde apuntan las sospechas de los investigadores y el lugar en el que pasó sus últimos días el joven antes de desaparecer en septiembre del año pasado.
La investigación por la desaparición de Nicolás Sabena no logra avances que permitan determinar el paradero del joven de 21 años y todas las expectativas están centradas en el informe de ADN que está en manos del Ceprocor.
La semana pasada hubo un allanamiento en la quinta próxima a la ruta A005 donde apuntan las sospechas de los investigadores y el lugar en el que pasó sus últimos días el joven antes de desaparecer en septiembre del año pasado.
Aún no hay fecha para la llegada del informe genético que comparará los rastros de sangre hallados en un tarro y un cuchillo secuestrados de la quinta, con el patrón genético de los padres de Nicolás.
Pese a la recompensa de 50 mil pesos ofrecida por el gobierno provincial nadie llama para realizar aportes que acerquen la investigación a la verdad real de los hechos.
La única comunicación que aportó datos importantes fue la de una mujer -que se hizo pasar por vidente- quien en enero de este año relacionó a un remisero con los hechos de extorsión a la familia y con la presunta muerte de Nicolás.
El trabajador del volante fue finalmente detenido luego que se comprobara que las cartas extorsivas enviadas a los padres del joven habían sido escritas por él. Sin embargo, se negó a declarar y no se han sumado nuevos elementos que lo liguen con la ausencia de la víctima.