Tiroides y sobrepeso

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Guillermo Alonso – Especialista en Endocrinología – UNC
MP 23894/0

«No puedo bajar de peso» ¿Es la tiroides la principal sospechosa?

El sobrepeso es una de las consecuencias más notables de las sociedades modernas. Su creciente frecuencia está íntimamente ligada a los hábitos de vida predominantes: un bajo nivel de actividad física (sedentarismo) y una alimentación inadecuada en cuanto a cantidad y composición. Sin embargo, en el ideario popular existe una creencia muy arraigada y algo confusa que conecta esos «kilos de más» con una supuesta responsable: la tiroides.

La endocrinología es la rama de la medicina que se encarga del estudio de las glándulas de secreción interna y sus productos, unas sustancias diminutas llamadas hormonas. Éstas, cual carteros en miniatura se encargan de transmitir el “correo” entre los diferentes órganos o sistemas de nuestro cuerpo, coordinando y regulando de esta manera una infinidad de complejas funciones que nos mantienen en equilibrio (homeostasis).

Una de las glándulas que goza de mayor popularidad es justamente la tiroides. Se trata de un órgano pequeño, con forma de mariposa -cuyas las alas se denominan “lóbulos”- y se sitúa en la parte inferior del cuello (Figura 1). Su función consiste la elaboración (síntesis) y secreción (liberación al torrente sanguíneo) de las, no menos famosas, hormonas tiroideas, cuyos nombres recuerdan a modelos de automóviles: T4 y T3 (tiroxina y triiodotiroina). Las acciones de dichas hormonas son tan variadas y complejas que una descripción detallada de las mismas pondría en riesgo a que algún lector quedarse dormido. Pero hemos de destacar que, en efecto, tienen un papel en el mantenimiento y regulación del peso corporal. De hecho, cuando la función tiroidea es insuficiente la persona puede experimentar un aumento de peso o una dificultad para bajar de peso. Esta situación es lo que llamamos hipotiroidismo (el prefijo hipo- denota deficiencia o bajo nivel, como hipotensión o hipoglucemia).

Pero no se alegre tan rápido, la tiroides no es en realidad la culpable de esos kilos de más, por lo menos en la mayoría de los casos. En realidad, el hipotiroidismo es responsable del sobrepeso en pocas ocasiones y en general suele estar asociado a otros condicionantes (predisposición genética, insulinorresistencia, sedentarismo, exceso de ingesta calórica, etc). Sin embargo, un funcionamiento deficiente de esta importante glándula puede producir una cantidad apreciable de molestias y anomalías orgánicas, que van desde cambios en las funciones cognitivas (neurológicas, mentales), hasta alteraciones en la piel (sequedad, caída del cabello) y en los ciclos ovulatorios de la mujer (menstruación irregular, infertilidad) entre muchas otras.

En definitiva, nuestra sospechosa, la glándula tiroides, como ante la ley, debe presumirse inocente del cargo del sobrepeso… hasta que se demuestre lo contrario. Afortunadamente, contamos con medios muy eficaces para valorar el funcionamiento tiroideo y que están disponibles en la práctica clínica habitual, en particular de médicos endocrinólogos.

Para saber más acerca de este tema acceder aquí.

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