La pasión en celeste y blanco

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Por Guillermo Geremía. – Cuando la pelota eche a rodar se estará poniendo en juego mucho más que el 193 clásico riocuartense de fútbol de la historia. En esos noventa minutos de juego también se pondrán en escena dos representaciones sociales que forman parte del ADN de la ciudad.

Omar Isaguirre: «En los años sesenta, para nosotros, los de Estudiantes eran los pitucos, lloran los pitucos se solía gritar .Nosotros hemos sido siempre los más morochitos, los motosos».

Roberto Birri: «La cancha de Estudiantes se parece a esa escuela pública que yo concurrí, está el profesional, está el doctor, pero también está la barriada popular, el trabajador, el changarín, que expresan una síntesis social riocuartense»

«Tengo el gusto y ese rigor del destino de haber nacido en el Buena Vista, en Santiago del Estero al 200, a escasas dos cuadras de la cancha de Atenas. Guardo en mi mente toda una serie de postales de una ciudad y un barrio que ya no son, basta ver cómo está rodeada la cancha de edificios y todas esas cosas»; introduce con un dejo de nostalgia Omar Isaguirre. El actual director del EMOS, ex concejal y aficionado a la historia no oculta su fanatismo por el Albo pero también conoce bien a sus casi centenarios rivales.
El primer clásico se jugó el 2 de julio de 1918 y lo ganó Estudiantes 3 a 2 luego de estar perdiendo  2 a 0. En total en partidos oficiales por la vieja federación de fútbol, la liga regional, los provinciales y nacionales nosotros ganamos 72 veces, ellos 74 y empatamos en 47 oportunidades. Atenas metió 326 goles y Estudiantes 337″ , recuerda con rigor estadístico.

EL CLASICO QUE VOLVIO

«La ciudad recupera un clásico», asegura Roberto Birri. El ex presidente de Estudiantes, desde siempre asesor letrado del club y actual legislador provincial cree que es bueno para Río Cuarto que ambas instituciones atraviesen un buen presente deportivo y que nuevamente el fútbol local convoque masivamente a los riocuartenses en un estadio.
«Yo comencé siendo dirigente de Estudiantes cuando regresé de estudiar de Córdoba en los comienzos de los ochenta. Desarrollé buena parte de mi actividad como dirigente sin que el clásico estuviera vigente como lo esta hoy. Aquellos eran buenos años para Estudiantes pero no para Atenas».
Birri no deja pasar la oportunidad para recordar las tres décadas de ayuna de títulos de sus eternos rivales. Atenas no fue campeón del fútbol regional entre 1972 y el 2002.

JUGANDO CON LA HISTORIA

Atenas y Estudiantes son contemporáneos en su origen pero de cunas diferentes. Isaguirre recuerda que «Estudiantes cumple años el 21 de setiembre, el día de la primavera y de los estudiantes. Nació como centro de estudiantes Bernardino Rivadavia en el mismo año que se creó el Colegio Nacional». Según el historiador eso condicionó el patrón genético de sus seguidores.
«En el caso de Atenas, su nacimiento se registra en una fecha patria, el 9 de julio de 1916. Las entidades se llevan cuatro años. El primer mote de los hinchas de Atenas fue «los gallegos», porque estaba formado por una mayoría de dependientes y de empleados de negocios cuyos propietarios eran españoles. Incluso Atenas tiene en su línea fundadora, tres españoles nativos que firmaron el acta».

DOS ORIGENES SOCIALES

Birri e Isaguirre coinciden en que se puede hacer claramente un corte social que divide a los simpatizantes de uno y otro club.
«Creo que en el caso de Estudiantes es una expresión de una síntesis social de la ciudad, porque si bien la principal fortaleza en términos de público, es la barriada de Barrio Brasca -un barrio enormemente popular-, muchas veces la tribuna me hace acordar a los guardapolvos blancos de la primaria. Debajo de la camiseta celeste conviven los sectores de recursos con los sectores más populares, más humildes de la ciudad. La cancha de Estudiantes se parece a esa escuela pública que yo concurrí, está el profesional, está el doctor, pero también está la barriada popular, el trabajador, el changarín, que expresan una síntesis social riocuartense», manifiesta Birri con inocultable orgullo.
Para Isaguirre, «no tiene nada que ver la platea de uno con la platea del otro. El espectro de los doctores, de los profesionales está en la de Estudiantes, en la nuestra puede estar algún comerciante próspero, algún empresario, algún ex deportista pero la amplia mayoría de los profesionales está en las de Estudiantes. Atenas es más pueblo, sigue siendo barrial, sigue siendo el Buena Vista. En los años sesenta, para nosotros, los de Estudiantes eran los pitucos, lloran los pitucos se solía gritar .Nosotros hemos sido siempre los más morochitos, los motosos».

RIVALIDAD PERO NO BRONCA

La historia asegura que el encono entre Celestes y Albos tiene su origen en una disputa política surgida por la lucha por poder,  por la presidencia de la vieja Federación de Fútbol, «ya allí empiezan los encontronazos no sólo de escritorio sino que se trasladan a las tribunas», rememora Isaguirre. Las primeras broncas son de 1919, hay en ese año una primera escaramuza, incluso con tiros de armas de fuego en los alrededores de la cancha.
En el comienzo de este siglo XXI no hay ningún evento deportivo con protagonistas mayoritariamente locales que sea capaz de concentrar la atención y la convocatoria de la batalla que disputarán Estudiantes y Atenas. Más allá del presente futbolístico de ambos equipos, el peso de la historia explica porque diez mil riocuartenses estarán en el estadio y varios miles más seguirán por las radios los avatares de un clásico que ya sabemos que representa mucho más que una gesta deportiva.

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