La economía Argentina debe parar la huida de capitales. Son 100 millones de dólares que el público compra diariamente. Si esto continuara todo el año las reservas que hoy son de 46.000 millones menos lo que hay que descontar por la deuda emitida en Lebac y Nobac unos (26000 millones de pesos o unos 7000 millones de dólares) y las ventas a futuro entonces el país se quedaría absolutamente sin reservas. Eso no va a ocurrir y algo al medio deberá detener la sangría de capitales que viene ocurriendo desde el 2008 y que le ha costado ya al país unos 20.000 millones de dólares. Es la primera conclusión, el país no resiste otro año con incertidumbre y desconfianza como el anterior.
En segundo lugar, en lo inmediato las cosas no van a mejorar pues es un tiempo electoral. A decir verdad, las señales políticas están agravando la situación. El conflicto con el campo no se resuelve y las reuniones a nivel político se han suspendido. Las elecciones se anticiparon y ahora los candidatos son fantasmas o como se dice “testimoniales”, esto es, nunca asumirán aunque sean electos porque son personas en funciones ejecutivas. Una vuelta mas de destrucción institucional donde todo se confunde. Lo que deben ser elecciones legislativas se convierten en plebiscito Kirchnerista. Lo que debe ser renovación para permitir la corrección de lo que no anda y el apoyo a lo que funciona bien, se traduce en la consolidación de lo que está ande o no. Claramente una nueva señal que agrava y aumenta el distanciamiento de la sociedad civil con la política. Lo que debería ser una oportunidad para el debate partidario, la elección desde las propuestas y la participación de la gente a través de los partidos políticos se ha transformado en una práctica simbólica, votar por los nombres de fantasía. La segunda conclusión entonces es que el tiempo para evitar la catástrofe se reduce y queda postergado al tramo anual posterior al 28 de Junio. Como se sabe el ajuste con atraso es ajuste más doloroso.
Tercero, la oposición tiene tanta o más responsabilidad que el oficialismo pues es la que genera las prácticas como el caso de Michetti en el Pro que luego Kirchner usa como excusa para agigantar la destrucción de la política entendida como acción colectiva para resolver problemas colectivos. Es el caso del Vice-Presidente que debería renunciar a su cargo para asumir el papel de puntero político oportunista que ha tomado. Es el radicalismo que revierte sus decisiones institucionales teatralizadas (expulsión de por vida a Cobos) para revertirla en un año por vaya a saber que razones. No logra Argentina salir de los personalismos. Los partidos parecen reducirse a pocos nombres: Michetti, Cobos, Scioli.
Cuarto, la política Argentina desde el oficialismo ha quedado reducida al voto “Scioli”. El mismo que tuviera que hacer desaparecer los carteles de apoyo a Menem cuando este se retiró de la contienda. El mismo que trabajó con Duhalde y el mismo que acompañó a Kirchner como Vicepresidente primero y ahora como Gobernador de Bs As. ¿Cuál es el secreto de Scioli para reducir todo el debate a plebiscitar su nombre?. Es difícil saberlo pero claramente los politicólogos tendrán que decodificar este proceso de involución ideológica que consolida la vulgarización hasta límites impensados a la política.
En resumen. No hay tiempo que perder pero lo que menos se hace es tratar de resolver los problemas que se agravan al paso de 100 millones de dólares de salida de capitales por día. El ajuste posterior al 28 de Junio destrozará cualquier atisbo de acción que pretenda seguir con lo que tanto le ha costado al país, conflicto con el campo, subsidios a mansalva, destrucción de la información, manipulación de la economía. Claramente no habrá mas tiempo para resolver las cuestiones que están pendientes salvo que se pretenda profundizar la recesión que ha comenzado. Ahora se vienen dos meses perdidos. Mientras tanto seguiremos en el limbo de la política de fantasía. Esa que se ha construido entre todos los partidos que parecen autofagocitarse en el personalismo salvador y que ya empieza a dejar al Borocotismo como una práctica leve frente a tanta destrucción institucional.
Dr Roberto Tafani.