Conmoción por el último adiós a Raúl Alfonsín, un emblema de la democracia

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ESPECIAL TD DIGITAL

Alfonsín fue una figura clave de la política argentina. Padre de seis hijos, abogado defensor de presos políticos, fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y orador extraordinario. El ex presidente sufría un cáncer de pulmón y en los últimos días agonizó en su departamento de la avenida Santa Fe. Tenía 82 años y fue el primer mandatario democrático tras la caída de la dictadura militar. Después de las 20.30 de ayer, al médico Alberto Sadler fue quien dio la noticia y algunos detalles.

Murió el ex presidente Raúl Alfonsín y su deceso conmueve a todos los argentinos, superando ideologías y posturas partidarias.
El ex presidente sufría un cáncer de pulmón y en los últimos días agonizó en su departamento de la avenida Santa Fe. Tenía 82 años y fue el primer mandatario democrático tras la caída de la dictadura militar.
Después de las 20.30, al médico Alberto Sadler fue quien dio la noticia y algunos detalles.
«Lamentablemente a las 20.30 el doctor Raúl Alfonsín ha fallecido tranquilo en su domicilio, acompañado por sus familiares, con mucha paz. Estaba dormido, con deterioro sensorio y respirando muy tranquilamente. En este momento sólo puede decirse que ocurrió en un marco de mucha tranquilidad y acompañado por su familia, como él siempre quiso que ocurriera», fue el breve comunicado de Sadler ante los periodistas.

El impulsor del primer gran sueño

Alfonsín fue una figura clave de la política argentina. Padre de seis hijos, abogado defensor de presos políticos, fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y orador extraordinario.
Raúl Alfonsín nació en Chascomús el 12 de marzo de 1927. Tras egresar del Liceo Militar General San Martín comenzó a militar en el Movimiento de Intransigencia y Renovación de la UCR de Chascomús. Fue elegido concejal en 1954, diputado provincial en 1958, diputado nacional en 1963. Durante el gobierno de Arturo Illia fue vicepresidente de su bloque de diputados. En 1965 asumió como presidente del Comité Provincia de Buenos Aires de la Unión Cívica Radical del Pueblo.  Meses antes del golpe del 24 de marzo de 1976, Alfonsín cofundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
Su discurso de cierre de campaña, el 27 de octubre, es una pieza histórica (ver reproducción completa en páginas 24/25). Tres días después obtuvo el 51,7% de los votos, contra el 40,1% del peronismo.
En uno de los hitos históricos de su gobierno, el 20 de septiembre de 1984, acompañados por una multitud, en la Casa Rosada Alfonsín recibió de Sábato el informe final de la Conadep, llamado «Nunca más».
La política económica de la dictadura había dejado, además, la herencia de  29 millones de habitantes con más de 45.000 millones de dólares de deuda externa, que equivalían al 70% de PBI. El crecimiento del PBI en 1983 y 1984 fue del 2,6% y 2,2%.
Alfonsín impulsó el PAN, incrementó el presupuesto educativo y recortó el gasto militar. Buscó sentar las bases de lo que sería años más tarde el Mercosur, afianzando las relaciones con el Brasil de José Sarney y el Uruguay de Julio María Sanguinetti.
Convocó, además, a una consulta popular sobre el Canal de Beagle para noviembre del 84, que finalizó con un amplio respaldo para lograr el acuerdo con Chile. El 81,13% votó por el Sí.
El 3 de septiembre de 1984, la CGT lanzó el primero de los 13 paros generales que realizó entre 1983 y 1989. Tras haber fracasado la ley Mucci, Alfonsín dictó un decreto estableciendo elecciones internas en los gremios.
Allí comenzó el principio del fin en el poder de Alfonsín, quien ya había sido derrotado en las legislativas de 1987. La hiperinflación, el agobiante reclamo gremial y la presión empresaria, sumadas a los levantamientos militares que derivaron en  las leyes de Punto Final y Obediencia Debida agilizaron la entrega del poder al presidente electo Carlos Menem, quien asumió 6 meses antes de lo previsto.  

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