Los productores agropecuarios de la zona están llevando adelante la trilla de la cosecha gruesa y, tras haber solventado los costos de cada cultivo y soportado los avatares del clima, hoy se les presenta el dilema de cuál es la mejor opción para almacenar su producción.
El almacenamiento de granos es una etapa en la que se debe invertir tiempo y cuyo objetivo fundamental es la conservación de la calidad de los granos cosechados, hasta su venta y entrega. Detectar las pérdidas en esta fase es una tarea difícil de cumplir, ya que comparar la calidad y el peso de los granos al entrar y luego salir de los silos, con el fin de conocer la magnitud de las mismas es una labor complicada, sobretodo si las existencias se encuentran en instalaciones de terceros.
En general, las opciones de almacenamiento con las que cuentan los productores son:
1) En silos de chapa, de malla de alambre, celdas, galpones, etc.
2) En silos bolsas.
Los silos de chapa, celdas, silos de malla de alambre, galpones, etc. representan la opción tradicional de almacenamiento y su capacidad ha crecido constantemente en las últimas tres décadas, principalmente de la mano de acopiadores, cooperativas y productores. Para evitar el deterioro de los granos que se acopian en éstos, debe controlarse principalmente el nivel de humedad y los insectos, realizando tratamiento preventivo de los mismos y una buena limpieza y desinfección de las instalaciones previo al ingreso. Además, la calidad inicial del grano juega un papel fundamental para la eficiencia de este sistema de almacenamiento.
Por otra parte, los silos bolsas son una tecnología de bajo costo que ha surgido y expandido su uso en los últimos años. El almacenamiento en éstos requiere un máximo cuidado en el llenado de la bolsa para expulsar la mayor cantidad de aire posible, no dejándola floja ni tampoco sobrepasando la capacidad de estiramiento aconsejada por los fabricantes. Otras variables importantes a considerar son la calidad y humedad del grano a almacenar y de la bolsa, el control posterior de la misma y el lugar donde se ubica.
Por lo tanto, la elección del productor entre estas alternativas dependerá de su condición de propietario o arrendatario, sus posibilidades físicas y económicas, su proyección a futuro, sus perspectivas de venta en el corto o mediano plazo, la disponibilidad de flete, etc.
«Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de la Lic. Carolina Bondolich – Miembro de Fundación EGE – info@fundacionege.org «.