La sostenibilidad del empleo argentino acorralada por el propio modelo

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Los niveles de actividad, empleo y salarios reales están íntimamente vinculados en toda economía abierta. Las tres variables pueden crecer de manera sostenida, en la medida en que la inversión y los aumentos de productividad sean sostenidos. Bajo estas condiciones, el incremento en los costos laborales no limita la capacidad de generación de empleos gracias a que se financian con los aumentos de productividad.

En cambio, cuando los incrementos de costos laborales superan los incrementos de productividad hay pérdidas de empleos. En este sentido, para sostener el empleo con bajos niveles de productividad se requiere que el salario real se mantenga bajo.
Entre finales de 1998 y finales del 2002, el nivel de actividad económica en Argentina ,medido a través del PBI real, disminuyó en todos los años sin excepción, hasta acumular una caída del 16%. Según un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) en base a datos del Ministerio de Trabajo y el INDEC, el comportamiento del empleo y los salarios reales durante el mismo período tuvo la siguiente dinámica: -Entre el cuarto trimestre de 1998 y el cuarto trimestre del 2001, la cantidad total de ocupados urbanos cayó un 4% y el salario real cayó un 5%.-Entre el cuarto trimestre del 2001 y el cuarto trimestre del 2002, luego de la devaluación la cantidad total de ocupados urbanos se incrementó un 6%. -En este último período, el salario real medido en términos del Índice de Precios Mayoristas cayó un 58%. Los datos muestran cómo cuando la actividad económica se contrae las tendencias en el mercado de trabajo son negativas.
El desafío que se plantea en 2009 es que la reversión del escenario internacional se da junto con el agotamiento del principal factor que contribuyó a la expansión del empleo y la actividad económica: la fuerte “licuación” de salarios que se produjo con la devaluación. Según datos oficiales, luego de la fuerte caída del salario real en 2002 se ha producido una posterior recuperación hasta llegar en la actualidad a un nivel similar al que había antes de la devaluación. En 2008, el costo laboral promedio ya se ha recuperado de la caída de 2002 y es apenas un 8% inferior al que había en 2001.
Con la disminución del nivel de actividad actual aparece entonces el objetivo de tratar de conservar los empleos y el salario real. Pero en un escenario económico contractivo, empleo y salarios reales son metas contradictorias a menos que se aborden políticas para mejorar la eficiencia laboral y disminuir los costos laborales. La crisis de empleo que enfrenta Argentina no es un derivado de la crisis financiera internacional, más bien es el fruto de las debilidades intrínsecas del modelo actual y la ausencia de políticas laborales racionales, de largo plazo. Que los costos laborales ya estén a niveles similares de 2001 implica que la “licuación” del salario real del 2002 ha desaparecido y que se enfrentan los mismos desafíos de política laboral que en 2001, esto es, preservar empleos y salarios reales en tiempos de crisis eliminando sobrecostos que atentan contra la productividad de las empresas y la economía.

ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE FUNDACIÓN EGE CON LA COLABORACIÓN DE Lic. María Luján Fernández Rotelli – MIEMBRO DE FUNDACIÓN EGE – info@fundacionege.org

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