Explosiones en la UNRC – El viudo de Liliana Giacomelli pidió un monumento frente a la vieja Planta Piloto

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El viudo quiere que en el lugar de la tragedia se coloque en bronce la leyenda «Nunca más», en una piedra se pongan los nombres de los muertos, se haga una fuente de agua y seis pilares blancos rodeados por una cadena negra, además de la plantación de un olivo. 

 
PRENSA UNRC – Ingresó al Consejo Superior una resolución del Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería, que se hace eco de un pedido formulado por Claudio Ceballos, esposo de la Liliana Giacomelli -quien perdió la vida como consecuencia de las explosiones de la planta piloto, ocurridas el 5 de diciembre 2007-.
El viudo quiere que en el lugar de la tragedia se coloque en bronce la leyenda «Nunca más», en una piedra se pongan los nombres de los muertos, se haga una fuente de agua y seis pilares blancos rodeados por una cadena negra, además de la plantación de un olivo.
El tema pasó a la Comisión de Presupuesto y Obras públicas del cuerpo colegiado. Con anterioridad, había sido abordado por el Consejo Directivo de Ingeniería, ámbito en el que decidió «solicitar al Consejo Superior de la UNRC la viabilidad de concretar el homenaje».
Ceballos presentó a esa unidad académica esta propuesta, marco en el que pidió que «se generen las directivas necesarias y se hagan las gestiones correspondientes a los fines de realizar no sólo un homenaje a los compañeros y amigos que ya no están con nosotros, sino también generar una memoria activa del ´Nunca más».
En el escrito, este hombre que también es docente de Ingeniería, señala: «… debemos dar el ejemplo, puertas adentro, y a la ciudad que tiene la mirada puesta en nosotros, para que no sea lábil la vinculación con la comunidad de la ciudad».
«… desde esta Facultad se debe gestionar que la planta piloto siga existiendo como principal monumento a la tragedia del 5 de diciembre de 2007. Podrá ser refuncionalizado como edificio, pero sería importante que siga siendo la ex planta piloto, ya que fue allí dónde se desató la tragedia».
«… no debemos borrar, tapar y hacer de cuenta que aquí no pasó nada…».
En otro tramo de su escrito, dice: «…proponemos que entre la entrada principal a la planta piloto y la escalera de acceso al laboratorio de Física, se levante un sector dedicado a la memoria de lo que allí ocurrió y que para ello se plante un olivo, ya que es considerado símbolo de paz y es un árbol oleaginoso perenne por naturaleza que aporta flores y frutos. Que a su pie o su sombra y sobre una base de piedra firmemente unida a la tierra, se coloque una placa que recuerde la tragedia ocurrida y que permita comprometernos con el «nunca más» estampado en bronce, y que en la misma placa estén los nombres de los compañeros fallecidos. A un costado, una fuente continua de agua como surgente, capaz de hidratar, de apagar ese fuego y que fluya continuamente».
«Se sugiere que este sector esté resguardado de pisadas o pasos, enmarcada con al menos seis pilares de cemento, blanco, unido por una gruesa cadena negra. Y que ese sector se encuentre iluminado y convoque la atención a la tarde y noche. Esperando que aporte la paz que necesita el sector».

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