Por Guillermo Geremía– Lo aseguró Mariela Galíndez al finalizar la tercera audiencia del juicio en donde se la juzga por la muerte de Fernando «Yeye» Quiroga. El esposo denunció que algunos testigos fueron amenazados y que por eso no quieren declarar.
«Yo no entiendo nada, yo no se si voy bien o voy mal, no entiendo nada. Me limito a escuchar lo que dicen. Por ahí, hay muchas cosas que no son ciertas». Mariela Galíndez, la mujer que está siendo juzgada por dar muerte a un joven luego de que este le robara unas prendas de vestir, volvió a hablar sobre su situación al finalizar la tercera audiencia del juicio oral y público que se sustancia en los tribunales provinciales de Río Cuarto.
Galíndez, bajó del brazo de su esposo por las escaleras del edificio judicial que dan a la calle Dean Funes cerca de las trece horas del caluroso mediodía pasado. Manifestó que son falsas muchas de las afirmaciones que los testigos realizaron en el juicio, «mucha gente ni siquiera creo ha estado allí».
En lo que va del proceso judicial testigos de la persecución y de lo ocurrido luego del atropellamiento dejaron mal parada a la mujer en lo relacionado con su conducta respecto de Quiroga malherido.
«Lo único que yo digo es que Dios y yo sabemos perfectamente lo que yo hice. Se que estuve ahí y que trate de ayudarlo, con toda mi ignorancia trate de ayudarlo porque yo jamás le quise hacer mal a nadie. Fue un accidente y lo voy a seguir diciendo durante toda la vida», dijo Galíndez entre sollozos.
La mujer, considerada por mucha gente como una «justiciera», reiteró que «hace cuatro años que vive un infierno junto con sus hijos» y criticó a quienes aseguran que ella no ayudó a Quiroga, «yo no puedo haber estado casi diez minutos sola, gritando, pidiendo ayuda, si hubiera habido alguien viendo todo lo que pasó. Porqué no llamaron urgente a la ambulancia, por qué no lo hicieron si vieron todo. El y yo estuvimos solos bastantes minutos y no se acercó nadie».
TESTIGOS AMENAZADOS
Por su parte, Fernando Vidal, manifestó que hay testigos que favorecerían la situación de Galíndez que no se quieren presentar porque están «amenazados».
El esposo de la mujer sentada en el banquillo, dijo que hay gente con miedo de decir lo que vieron y piden garantías de confidencialidad para dar su testimonio.
«Hay personas que han visto y más de uno se han ido de Río Cuarto por las amenazas que han tenido, o sea en ese aspecto vamos para atrás porque la delincuencia tiene más triunfos que el damnificado».