El fin de la billetera

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El mundo se encuentra ante un cambio que no se sabe como será. El colapso financiero y una enorme recesión nos recuerda como el capitalismo es una contradicción en proceso. Más lo liberaron financieramente más pareció caminar hacia su propia autodestrucción. De aquí en más nada será igual. Siembre se supo que el capital financiero como una esfera autónoma de valorización no significaba independencia de la economía real. La tasa de interés y la tasa de ganancia es como el matrimonio moderno “autónomos pero juntos”.

 Aquí el mundo se desbocó. En los Estados Unidos las familias tenían apenas un 5 % de su total de ahorros en depósitos. El resto eran acciones y títulos montados sobre una sobre-valuación ficticia. Más aún los ingresos de las familias americanas cada vez menos dependían de ganar salarios sino que se basaban o en el trabajo por cuenta propia o en las ganancias de capital derivadas de las tenencias de los mencionados titulos y acciones. En dos palabras todos en los Estados Unidos se convirtieron en capitalistas financieros como si la ganancia financiera no tuviera que ver con la producción real. Alicia en el país de las maravillas. Era la forma de vivir sin trabajar. De ir a un banco poner dinero, cambiarlo por un papel que daba rendimientos y levantar la ganancia generada en el aire. El dinero generaba dinero como el peral produce peras. La verdad es que en el medio faltaba algo, el vínculo con la producción real, la generación de las ganancias que permitieran pagar los préstamos y de estos poder pagar los beneficios a las familias ahora devenidas en capitalistas financieros. Todo eso se acabó, ahora no hay dinero, hay crisis hay colapso financiero, empobrecimiento de las familias, falta de consumo y una enorme recesión.
Junto con la crisis cambia el escenario político de Argentina. Se terminó la billetera. Con la caída de la prosperidad se estrella la estrategia Kirchnerista. Muestra que era un vuelo bajo. Un ave de alas cortas. El resultado está a la vista perdió en Catamarca. El Kirchnerismo pretende cambiar cuando ya es tarde. El enfrentamiento con el campo junto a la nacionalización de las AFJP provocó huída de capitales. Ahora se cayó el mundo y no hay exportaciones ni precios extraordinarios. El dólar quiere desbocarse. Se venden las reservas. Los ahorristas piden 100 millones diarios. Ahora la Presidenta se sienta con el campo. Su marido habla de paz y conciliación. Se culpa a la prensa. Se busca por un lado recuperar credibilidad política. Por el otro sin embargo, aparece lo más rancio de la política junto a ellos. En el pasado todo lo indeseable del conourbano bonaerense y ahora los Saadi y Barrionuevo en Catamarca. El primero llevaba un puesto entre los primeros ocho de la lista, el segundo cuatro en la misma situación. No terminó la elección y ya defenestraban al Kirchnerismo. Es el fin de la estrategia de la billetera. Es el inicio de una nueva etapa. ¿Cómo se rearmará el oficialismo en esta circunstancia sin plata? Los analistas se preguntan y ¿el Kirchnerismo donde esta?, ¿quienes son sus candidatos?, ¿Qué hay más allá del propio Kirchner, las dudas de Mazza, la opacidad de Graciela Ocaña en las mediciones? Increíble el fetichismo del dinero, detrás de la ilusión queda una realidad de fragmentación y pobreza política. Todo justo con el derrumbe mundial del sistema económico.  

Dr Roberto Tafani

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