Con una rara mezcla de sorpresa e indignación, los productores agropecuarios escuchamos el último domingo el discurso de la Presidenta en el Congreso de la Nación, donde nos pedía a los argentinos –en realidad al campo y a la oposición- “tolerancia”, “disentir sin agredir”, “buscar el consenso” y tantas otras cosas que tantas veces le hemos pedido nosotros.
Esa especie de convocatoria a la tolerancia, al disentir sin agravios ni violencia suenan extrañas en quien no pierde ocasión de mencionar la supuesta “avaricia y ambición” de quienes sólo pretendemos que no nos sigan metiendo la mano en el bolsillo. Ahora nos convocan para el Consejo Económico y Social. ¿Para qué? ¿Para que demos nuestra conformidad a la acumulación de riqueza y de poder para sostener el clientelismo? ¿Para que continúe la sangría de los recursos del campo hacia otros sectores de la economía?
Al escuchar sus palabras no podemos hacer otra cosa que pensar que la Presidenta se olvidó de todo lo que nos dijo por reclamar lo que es justo. Se olvida del maltrato al que somete al Vicepresidente Julio Cobos por no haber consentido el descalabro que pretendían armar con la resolución 125 de retenciones móviles, de la indiferencia que se manejan con respecto a la Iglesia y el Defensor del Pueblo, por el sólo hecho de haber escuchado nuestros pedidos ante la ofensiva oficial para quedarse no sólo con nuestra renta sino también con nuestro capital de trabajo.
Ella misma se contradijo al retirar su maliciosa observación acerca de que los productores somos los únicos que nos podemos dar el lujo de no vender la producción, en alusión a esas cuatro o cinco millones de toneladas de soja que aún tenemos en nuestros campos. ¿Cómo las vamos a vender si por las retenciones y los bajos precios no salvamos ni los gastos de producción? ¿No sabe acaso que fue ella –bajo el influjo de esposo- nos llevó a esta situación?
La falsa imagen que pretende imponer y que seguramente le devuelve el espejo parece un traje hecho a medida para este año electoral. Lo mismo que su presencia en la reunión del campo con los ministros de la Producción y del Interior, más el Secretario de Agricultura, cuyas funciones aparecen cada vez más dibujadas y desvalorizadas por el Gobierno.
¿Por qué fue la Presidenta? Porque estaba segura de que los productores no podían decir que no ante un par de puntos que, si bien son positivas, son medidas que podrían haber tomado hace tiempo. Lo mismo que las retenciones a la soja: ¿Si dice que con la 125 estarían más bajas, porque no es consecuente y las baja ella, que tiene el poder de hacerlo?
Una cosa le debe quedar bien clara: el conflicto no terminó y los productores vamos por más.
Sociedad Rural de Rio Cuarto