El gobierno sigue decidido a cambiar el perfil de vencimientos de la deuda. Logró con éxito refinanciar más de 15.000 millones de los prestamos garantizados en manos de acreedores locales y ahora va por los tenedores de títulos de deuda en el extranjero. En este último caso son unos 7000 millones más. Sin embargo, lo más importante es que el Gobierno está acelerando el acuerdo con los extranjeros (24 % de los bonistas) que quedaron afuera de la renegociación que se hizo en el 2005. Esto es muy importante porque Argentina está afuera del mercado de crédito internacional y el arreglo reestablecería la inserción del país en el mundo.
En todo caso no sólo las medidas implementadas y en curso de negociación ayudarán a pasar el año en curso y el venidero sino que aliviará cualquier presión sobre las reservas. Como se sabe estas son en gran parte alquiladas con Lebacs y Nobacs y tampoco está claro cuanto son las ventas a futuro de dólares que se han comprometido. En todo caso los analistas piensan que para una reserva efectiva y sin comprometer de unos 17000 millones de dólares y contra una base monetaria superior a los 100.000 millones de pesos, el tipo de cambio debería ser superior a 5 pesos por dólar. En ese contexto el arreglo del país con los bonistas y la reintegración a los mercados internacionales son una señal inevitable si se quiere evitar una crisis de proporciones en un año electoral.
La segunda cuestión es que restaurar la confianza es imprescindible pues por primera vez desde el año 2004 ha caído el crédito. Si bien la tasa de variación contra el año anterior venía disminuyendo desde el año 2007, ahora la tasa de variación es negativa, tanto para créditos personales, tarjetas, prendarios o con documentos. Esto indica que el año 2009 será complicado y que el escenario de recuperación está todavía lejos. En ese contexto el Gobierno debe trabajar por la normalización del país. No se puede reemplazar la falta adecuada de institucionalidad con planes canje.
Finalmente una cosa más. En un contexto donde el Gobierno gastó el dinero público a mano abierta, donde no hay acceso al crédito internacional y donde la caída del crédito local afectará las ventas y la recaudación, la voracidad fiscal sin embargo parece no tener límites lo que indica que no hay perspectivas de bajar el gasto público. En consecuencia se ha cambiado el régimen de monotributista y aquellos que facturen más de 72.000 pesos al año con un solo cliente tendrán retenciones del 28 % en concepto de ganancias. Si se piensa por ejemplo en un médico que factura 6.000 pesos mensuales a una clínica como monotributista por hacer digamos guardias y otros servicios, deberá empezar a pagar ganancias. La verdad un escenario muy lejano al que se dice en la retórica discursiva para reestablecer a la clase media.
Dr Roberto Tafani