La historia de la relación entre Aime y Roggero que terminó en acusaciones cruzadas y una investigación judicial

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Aime es el único hombre que sin ser militante político llegó a ser mano derecha del ex diputado y administró sus bienes. Ocupa un cargo en planta permanente del Congreso Nacional con el bloque Peronista Federal (ganaría 6 mil pesos por mes) aunque nadie lo ve trabajar en el histórico edificio parlamentario. Hoy acusa a Roggero por «deudas impagas». Habló de presunto enriquecimiento ilícito y ventas irregulares de ganado en un proceso del que fue protagonista directo. No se arrepiente públicamente aunque pide más dinero «por sus gestiones». Los roggeristas de la política lo aborrecían por su línea directa e inmediata con el ex diputado nacional y ex embajador en Italia. La Justicia lo citó  declarar.

Roggero sigue sin hablar públicamente y los  dirigentes que formaron parte de su amplia estructura evalúan que tras la acusación se anticipó su final político.

Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar) – Norberto Aime no era todavía el «Cacho» en el entorno íntimo de quien ostentaba el mayor poder en el justicialismo de Río Cuarto cuando se sumó en 1997 a su sólida estructura personal. Eran tiempos en los que Humberto Roggero encabezaba la campaña electoral por una candidatura a diputado que lo elevaría al cargo de presidente del bloque oficialista durante la presidencia de Carlos Menem. Aime no era un hombre de política y su posterior relación con el caudillo peronista tampoco cambiaría su perfil. Vivía en una vivienda humilde, no tenía profesión reconocida y algunos aseguran que de su casa colgaba un cable hasta el poste de luz más cercano como evidencia de la falta de recursos. Con un grupo de amigos, todos treintañeros, se acercó al entorno militante de Roggero como uno más y participó activamente en la concreción de un recital de los Fabulosos Cadillacs en el club Central Argentino que sirvió para promocionar la candidatura legislativa en la ciudad. Aquel fue su primer y decisivo paso para ganar la confianza del «Gringo», aunque su figura no cayera en gracia entre las filas esencialmente políticas del roggerismo.

Sin ostentación pública ni candidaturas, Aime crecía en la consideración de Roggero por su predisposición y obsecuencia. «Le manejaba el auto, le hacia la comida y lo tenía para los mandados. No se quejaba. Le había cambiado la vida, estaba en otro entorno y tenía línea directa con el Humberto», afirma un roggerista de pura cepa.
En julio del 2001, el auto en el que se trasladaba Roggero junto a su familia protagonizó un grave accidente automovilístico en una desértica ruta de la llanura pampeana y las lesiones sufridas pusieron en grave riesgo su vida. Fueron meses en los que el poder real quedo sumido a la debacle física y un hombre se convirtió en el enfermero diario, la contención permanente y la ayuda imprescindible para soportar el letargo de la recuperación. Aime no solo era el empleado fiel. Se había constituido en su mano derecha.

Aime ya era para entonces el «Cacho». Asistía a Roggero como lo hubiera hecho a un padre y fue designado en la administración de las propiedades agropecuarias del todavía diputado nacional. «Tuvo la habilidad para acercarse y la capacidad de ser muy obediente», afirman en el PJ local. La gestión del capital estaba en sus manos y las penurias económicas se convirtieron en un mal recuerdo al que no regresaría. La maltrecha vivienda en donde vivía es hoy un chalé que impacta con una portentosa 4 x 4 en el frente.
Los días de Aime se dividían entre la atención al jefe y la custodia celosa de los campos. Roggero había dejado la escena pública por su delicado estado de salud y en su entorno había preocupación por el futuro personal del gringo de voz ronca y carisma eficaz. La familia también comenzaba a tener un rol más decisivo en sus actividades y los bienes personales quedaron a nombre de su esposa, Claudia Bilbao, y su suegro. Por ende, se inició el proceso que condicionaría definitivamente la intervención de Aime.

Con la partida de Roggero a Roma, tras la designación como embajador en Italia, se habría gestado un firme proceso de concentración de poder de la administración del capital por parte de Bilbao. Aime siguió ligado pero las decisiones eran de «La Señora».  Con la venta de las tierras, el «Cacho» tuvo un rol activo en las gestiones y esperaba un reconocimiento «extra» como comisión por su trabajo. Las cifras las evalúa en un millón y medio de pesos que surgen del 3 por ciento del valor total que – asegura – pagaron los compradores por los campos. Bilbao, voz determinante en el manejo de los inmuebles, se negó rotundamente y Roggero no estuvo dispuesto a rectificarla. Aime intentó a través de su ex patrón obtener una mayor tajada por sus servicios y ningún acercamiento resultó efectivo. Finalmente, en una entrevista al periódico Otro Punto blanqueó sus planteos personales, aseguró que el ex diputado posee una fortuna de 80 millones de dólares y lo acusó de evadir al fisco. Las manifestaciones obligaron a la Justicia Federal a investigar el caso por supuesto enriquecimiento ilícito.

«Roggero le consiguió un sueldo de gerente en el Congreso, le pagó por la administración de los campos y esto tipo lo cag… Es un traidor», afirmó un hombre cercano al ex embajador. El actual asesor legal, Félix Nieto, fue el único que afirmó su opinión públicamente: «Le dio trabajo, le dio bienestar y un pasar que en su vida tuvo y ahora lo traiciona en forma muy triste». La clave para algunos roggeristas no es la denuncia sino la traición.

– ¿Con el área de personal de la Cámara de Diputados? Si, disculpe, de Canal 13 de Río Cuarto le hablo ¿dónde se puede corroborar la lista de empleados en la web?
– Esa información ya no está más en el sitio. Pero, dígame, ¿a quien busca? 
– Norberto Aime, de Río Cuarto, ¿trabaja allí?
– A ver…(demora algunos minutos) Sí, es empleado del bloque Peronismo Federal (Eduardo Camaño y Fráncisco Narváez, lo integran).
– ¿Sabe cuánto cobra y en que categoría está?
– No se lo puedo decir. Es información confidencial.
– ¿Se puede conocer si cumple con su horario de tarea?
– Pregunte en el bloque que integra.
Aime no cumple con su tarea y nunca pareció hacerlo. Vive en Río Cuarto desde que se alejó de Roggero y disfruta de un jugoso haber mensual. No es el único caso. Las listas de «empleados» que forjó el ex hombre fuerte del PJ generaron múltiples críticas entre los riocuartenses. Algunos de esos nombres siguen en el Congreso, otros ya se desvincularon y numerosos «militantes» canjearon puestos en el parlamento nacional por cargos políticos en diversos partidos y coaliciones.

«Nunca alguien por fuera de la política estuvo tan cerca del Gringo y nunca antes alguien lo había criticado públicamente. Más allá de lo que pase con los dichos de Aime, Roggero sabe que esta denuncia es su lápida política», coinciden los dirigentes que lo acompañaron y todavía lo extrañan en un justicialismo bulímico de figuras y que sobrevive a la peor derrota electoral de su historia. «Está muy preocupado por alguna imputación porque esto implicaría nacionalizar el escándalo y le traería miles de problemas. Con esto se le acabó la exposición pública. Después de los escraches del 2002 estaba condicionado pero ahora humm..» especula un roggerista de siempre. La versión de una partida definitiva a Italia junto a su familia tomó fuerza en los últimos días pero no hubo confirmación oficial. Ni Roggero ni Aime hablan sobre la pelea personal y el ruidoso desenlace.

Aime denunció un hecho del que fue protagonista directo. Las acusaciones de hoy estuvieron antes limitadas por un interés mezquino. Si el enriquecimiento y la evasión existieron el «Cacho» no parece un protagonista inocente. El hecho desborda la disputa entre ambos. Los rumores sobre una presunta marcha atrás en la presentación de Aime ante un posible acuerdo extrajudicial por su demanda no debería hacer caer la investigación. Aime tiene que explicar ante la Justicia lo que declaró ante la prensa y aún se esperan las explicaciones de Roggero, quien habló por última vez en el programa Así son las Cosas donde negó ser dueño de todo el capital que está en el centro de las sospechas. Su silencio es hermético. La Justicia ahora deberá dilucidar la verdad real y definir si habrá imputaciones. Los trapitos ya están al sol.

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