El Gobierno sigue desconociendo al campo

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Luego de muchas idas y venidas, y después de negar caprichosamente los efectos de la crisis financiera internacional sobre la Argentina , el Gobierno nacional volvió a mostrarse fiel a sus principios de ignorar a los sectores productivos y confrontar con los que no les son incondicionales.

Así, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner apareció en las pantallas de televisión para anunciar con bombos y platillos una serie de medidas que, según su particular visión, servirían para contrarrestar las consecuencias locales de la debacle internacional: condonar deudas a quienes blanqueen a sus trabajadores en negro, premiar los nuevos empleos con quitas en las cargas laborales y perdón fiscal hacia quienes accedan a repatriar los capitales invertidos en el exterior. Más la creación del Ministerio de la Producción , supuestamente para fomentar el crecimiento.

La primera de las medidas fue rápidamente atacada desde distintos sectores empresariales: el problema, se dijo, no es cómo formalizar el empleo, sino cómo mantenerlo. ¿Cómo hace un pequeño comerciante o industrial para mantener a su personal cuando la actividad económica está prácticamente congelada? La propuesta es, cuando menos, ingenua.

La generación de nuevos empleos está en línea con lo anterior: ¿cómo tomar trabajadores si no se sabe qué hacer con los que ya se tienen? Una medida a todas luces inútil y que aparenta tener un solo propósito: el de distraer a la opinión pública mostrando una ejecutividad que, en realidad, sólo se expresa cuando se trata de hacerse de fondos para el clientelismo político.

La intención de repatriar capitales es la frutilla del postre de este despropósito gubernamental. ¿Quién accedería a traer su dinero de vuelta cuando se lo llevó para protegerse de la avaricia y la improvisación de nuestros gobiernos, especialmente los del matrimonio presidencial? Ya se advirtió desde nuestra entidad: este Gobierno no genera confianza en los inversores, sean propios o externos.

La creación del Ministerio de la Producción merece un tratamiento aparte por su vinculación con el sector agropecuario, que pasó a depender de la flamante ministra Débora Giorgi. Si realmente les interesara el campo, hubieran creado un Ministerio Agropecuario. No les interesa obviamente, ni tampoco lo que piensa, porque mientras el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, convocaba a un diálogo que ellos mismos cortaron, Giorgi salió a advertir que las retenciones no serán tocadas porque “están en un nivel razonable”. ¿Sobre qué base quieren dialogar, entonces?

 

Editorial de La Revista de la Rural , Diciembre 2008

 

 

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