Caso Dalmasso – Estiman que el informe sobre el cotejo de ADN ya no arribará este año

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La prueba es considerada clave y podría definir el futuro de la causa. Desde Estados Unidos no hubo comunicaciones sobre un inminente arribo y en la Fiscalía creen que no habrá novedades hasta el 2009.

Este martes el periodista Hernán Vaca Narvaja presenta el libro «Las cuatro muertes de Nora Dalmasso»

Foto: Tapa del libro de Hernán Vaca Narvaja.

El informe genético que podría convertirse en la pericia que defina la suerte de la investigación por el crimen de Nora Dalmasso no se conocerá este año. Así lo estiman desde la fiscalía del doctor Javier Di Santo a pocos días de comenzar la feria judicial.
Di Santo continuará en la primera quincena como fiscal de turno pero no ha habido en los últimos días ninguna comunicación desde Estados Unidos sobre una inminente resolución del análisis.
La prueba es considerada fundamental para corroborar las imputaciones contra Gastón Zárate y Facundo Macarrón, o definir un nuevo rumbo en la pesquisa, una opción posible pero que pondría en jaque la credibilidad del accionar judicial. 
El  Centro de Ciencia Forense de la Universidad Central de Florida, en los Estados Unidos, debe cotejar con los ADN hallados por el FBI las muestras de sangre de los Macarrón (Félix, Facundo y Marcelo), Gastón Zárate y 24 posibles contaminadores de la escena del crimen.
Además, el centro científico intentará hallar nuevos haplotipos Y o ADN de trazas presuntamente halladas en el cuerpo de la mujer y la escena del crimen. 

«Las cuatro muertes de Nora Dalmasso»

Hoy se pone a la venta y mañana se presenta oficialmente el nuevo libro del periodista Hernán Vaca Narvaja «Las cuatro muertes de Nora Dalmasso»
Vaca Narvaja, responsable de la revista «El Sur», hizo referencia a su publicación en la última edición periodística:
«Rafael Magnasco no fue. Una oportuna borrachera y la debilidad argumental de las «congresistas» lo dejaron fuera de la causa. Fue el primer imputado, pero no lo acusaron de haber asesinado a Nora Dalmasso, sino de haber sido su amante.
Gastón Zárate no fue. Una comisión policial llegada desde Córdoba, con la estadía paga por el vocero de la familia Macarrón, lo acusó de haber violado y asesinado a Nora Dalmasso. Pero el pintor, que fue liberado por presión de la gente que se movilizó espontáneamente en las calles de la ciudad, zafó porque la única prueba en su contra era el testimonio de un amigo con bajo coeficiente intelectual, cuyo testimonio fue obtenido a través de groseros aprietes policiales.
Facundo Macarrón no fue. Aunque falta la confirmación oficial, el ADN hallado en las zonas más comprometedoras de la escena del crimen -cuerpo de la víctima, la vulva, la sábana de la cama donde fue hallada y el lazo con que la estrangularon- no se correspondería con su código genético, aunque sí con el de un familiar directo, que debería explicar cómo es posible que sus marcas hayan quedado grabadas si no estaba en el lugar.
De los tres imputados que tuvo la causa, el fiscal Javier Di Santo no pudo cerrar el círculo sobre ninguno.
Porque no preservó la escena del crimen.
Porque no sospechó del entorno íntimo de la víctima.
Porque se guió por prejuicios sociales.
Porque se dejó llevar por las pesquisas de policías que estaban condicionados por los querellantes.
Porque nunca tuvo voluntad real de investigar al poder.
A dos años, el crimen de Nora Dalmasso sigue impune.
El fiscal Julio Rivero archivó la causa por la filtración de las fotos del cadáver de la víctima al canal América TV.
El fiscal Julio Rivero sobreseyó  (por el beneficio de la «duda insuperable» que lo ganó)  a los policías acusados de haber admitido dádivas de parte del vocero de Marcelo Macarrón.
El fiscal Walter Guzmán archivó la causa de los aprietes policiales a Carlos Curiotti, el testigo que incriminó a Gastón Zárate en el homicidio y a las pocas horas se desdijo.
La Legislatura provincial nunca trató el pedido de juicio político a los fiscales Di Santo, Fernando Moine y Marcelo Hidalgo.
El viudo Marcelo Macarrón demanda a periodistas por cifras millonarias.
Y ya nadie habla de Nora Dalmasso.
Ni bien, ni mal.
Silencio de radio.
Silencio de resignación.
Silencio de impunidad».

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