Parricidio en General Deheza – El juez absolvió al joven que asesinó a puñaladas a su padre

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La sentencia se conoció al mediodía. El juez José Varela Geuna consideró que «hubo legítima defensa». Recordó en sus fundamentos que el menor debió ser internado a los 8 años por una paliza que le propinó su progenitor y que dormía a la interperie junto a su familia cuando el hombre actuaba en forma violenta en el hogar. Además, cumplió sin inconvenientes con el tratamiento en la Granja Siquem.

Clave
* El caso es considerado inédito en la Justicia de Menores de la ciudad.
* Advierten que aumentaron las denuncias por violencia familiar desde que se aplica la nueva Ley.

El juez de Menores José Varela Geuna absolvió este mediodía al joven que asesinó de una puñalada en el estómago a su padre, luego de padecer un nuevo episodio de violencia familiar en la vivienda de calle Montevideo 1111 de General Deheza, el 20 de noviembre del año pasado.
Varela Geuna consideró que «hubo legítima defensa», tal como había evaluado el fiscal de la causa, Javier Di Santo.
El magistrado precisó que fue el padre quien convocó a pelear a su hijo al regresar borracho de un baile y comenzó a golpearlo como lo hacía habitualmente. Añadió que el menor -en ese momento tenía 17 años- tomó un cuchillo de cocina que estaba sobre la mesa y respondió al ataque. Le aplicó al progenitor un corte en la mano y en el cuello, hasta que lo apuñaló mortalmente en el pecho.
El juez recordó en sus fundamentos que el acusado debió ser internado a los 8 años por una paliza que le propinó su progenitor y que dormía a la interperie -en el Polideportivo de la localidad- junto a su familia cuando el hombre actuaba en forma violenta en el hogar.
Además, el imputado cumplió sin inconvenientes con el tratamiento en la Granja Siquem y tras el fallo ya no deberá continuar con el seguimiento tutelar.
El caso fue considerado como inédito por Varela Geuna quien, de todos modos, aclaró que se advierte un aumento en las denuncias por violencia familiar desde que se aplica la nueva Ley.

El hecho

Ariel Tobares (40) volvía de un baile del grupo cuartetero La Barra en los festejos por el día del pueblo, en General Deheza. Estaba alcoholizado, como tantas otras madrugadas, pero no parecía perdido en sus actos. Alrededor de las 6:30 de la mañana del 20 de noviembre del año pasado ingresó a la vivienda de calle Uruguay al 1.111 y un aura de violencia le desfiguró el rostro.
La menor de sus hijos, de 15 años, estaba con su novio quien fue tomado de los pelos por Tobares tras increparlo con insultos y empujones. Luego, comenzó a gritar y el mayor de los hermanos, de 17 años, le pidió que se fuera.
«Acá mando yo, en esta caso mando yo. ¿Querés pelear pendejo?» le dijo a su hijo y se sacó la campera y un buzo que llevaba puesto. El menor no reaccionó y su padre le propinó dos puñetazos en el estómago que no lograron derribarlo. El joven tomó un cuchillo de cocina que estaba sobre la mesa y le aplicó un corte en el brazo, otro en la parte posterior del cuello y un impacto certero sobre el estómago. Su decisión no fue premeditada.
El hombre quedó desangrándose sobre una esquina de la cocina, mientras su hijo, inmerso en un estado de emoción violenta, buscaba un hacha para concluir la disputa. Fue la madre, quien lo desarmó y evitó un nuevo ataque.
El padre se desangró agonizante y moriría poco después en el Hospital de Río Cuarto, a donde fue derivado por personal policial.

Legítima defensa

El caso pareció cerrado desde un principio. Nadie ocultó lo sucedido aunque el episodio comenzara a revelar antecedentes de brutales golpizas y el dictamen del temor que los angustió durante años.
El hijo de Tobares había sido internado a los 8 años debido a una feroz paliza de la que no pudo recuperarse sin la asistencia médica. Las noches de alcohol y las mañanas que amanecieron fuera del hogar para escapar de los ataques de su padre fueron relatadas minucisamente durante el proceso judicial.

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