Los pacientes

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El ejercicio  fortalece los músculos, los problemas fortifican el alma y la burocracia tonifica los nervios. Un día se tuvo la «dicha» de enfermarse físicamente. Ahí comenzó el «ejercicio» de poner en movimiento los nervios, la paciencia y aprender «estupidez» Por supuesto que se recurrió al medico de cabecera quien de «taquito» lo paso al especialista. Este derivo al clínico y continuo la tortura. «¿No tiene la tarjeta? Tendrá que pagar» «Se la traigo en un ratito, pero hágale la placa. ¡Tiene neumonía!» «Es que si no esta en la compu, no lo puedo hacer» «¿Duda de lo que yo le digo?» “No, pero no puedo» Un viaje relámpago y aparece un carnet. Figuraba en Internet, pero si no se mostraba el papelito, no había caso.

Con todo esto, ya habían pasado dos horas en esperas y recorrer pisos, oficinas y subir y bajar escaleras. Cuando se busca al medico clínico, ¡no hay turnos! Entonces se va al medico de guardia. Otra hora para que atienda y mientras se «contemplan» personas accidentadas y sufrientes que se «comen una amansadora» como todas. Los médicos… y van y vienen, pero atender…

Cuando se «dignan» hacerlo instruyen a un enfermero de dar un Dexametasona inyectable y… ¡no hay en la guardia! Otra hora ya que deben pedirla al 2§ piso. Los nervios, tal cual cuerdas de violín. Los estribos a punto de volar por los aires, hasta que se pierden. Entonces aparece el inyectable y nos vamos a casa. Resultado, por una simple inyección, 5 horas, pero es una institución privada. No tienen vergüenza, ni consideración con los pacientes. Estos tienen muy bien «colocado» el nombre ya que deben ser mas que pacientes para aguantar tanta burocracia e idiotez.

 

Atentamente

Juan R Bell

92061605

Rio Cuarto
 

 

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