La disociación entre las expectativas del público y los datos económicos alternativos con las estadísticas oficiales, anticipan un período crítico para la economía nacional y local. Actualmente, los puntos más destacados del contexto nacional e internacional se pueden resumir en:
Caída en las cotizaciones de las principales materias primas exportadas por Argentina. El precio de la soja cayó un 44% en Chicago entre julio y mediados de octubre desde US$ 609/ton a US$ 341/ton.
Desvalorización de las monedas de los países competidores especialmente Brasil, que ponen en una posición de menor competitividad en términos relativos, ya que 18% de las exportaciones argentinas se dirigen al país vecino, con mayor participación de las manufacturas de origen industrial (MOI) en un 37%.
El petróleo está en baja perforando la barrera de los US$ 60 por barril, mientras el oro recupera su valor.
Aumento del riesgo país y reciente incertidumbre interna fomentada por el constante cambio en las reglas de juego. Al anuncio de la estatización de las AFJP se suma la extensión de la Ley de Emergencia Económica hasta finales del 2009, quedando aún en discusión si serán coparticipables los recursos del controvertido impuesto al cheque.
Baja liquidez. Hace siete meses que el BCRA está inyectando muchos menos pesos en la calle y en los bancos. La cantidad de dinero transaccional, que hasta hace poco crecía 30% anual ahora apenas lo hace 11%.
Riesgo de suba del desempleo. Varias industrias han comenzado a adelantar vacaciones, reducir horas extras, y suspensiones con riesgo de efectivizar despidos si la situación se profundiza.
El consumo está en baja así como su financiamiento. Las ventas minoristas de octubre se derrumbaron y cayeron a niveles de la crisis del 2002. Esto habría descomprimido la presión sobre los precios internos.
La construcción transita su tercer mes consecutivo en baja, declarándose en recesión.
Industrias como la automotriz, que habían sido pioneras hasta ahora no sólo en nivel de inversión sino también producción y rentabilidad, enfrentan reducciones en la demanda que las obligan a tomar medidas en cuanto a su personal, interviniendo el gobierno para evitar despidos masivos. Las exportaciones a Brasil y México (los dos mercados principales) se han frenado completamente.
El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) anuncia para el mes de septiembre una desaceleración del 0,2%, aunque el crecimiento aún es positivo del 6,8%.
Pero cuánto de estos resultados negativos internos corresponden a las consecuencias de la crisis internacional y cuánto al propio modelo económico y de conducción política de Argentina –que sin gozar de los beneficios del favorable contexto internacional, ya no “cierra”-, es difícil de estimar actualmente. Lo cierto es que en este contexto, ya las previsiones indican menores perspectivas de crecimiento para lo que resta de 2008 y para todo 2009.
Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de la Lic. Cecilia Reboyras – miembro de Fundación EGE, info@fundacionege.org