En las aerolíneas dicen: «Su atención por favor, nos disponemos a aterrizar, manténganse en sus asientos» Muy pocos le prestan atención y se levantan antes de tiempo. Posiblemente para correr hacia ningún lado, poniéndose en peligro. Eso nos recuerda varias cosas. Son la telefonía, la fama y la fortuna. Las personas están llegando a un grado tan grande de egoísmo que va batiendo sus propios records y van superándose minuto a minuto.
Una agradable conversación es interrumpida violentamente por una llamada a un celular. Ya no importa si se esta en una reunión importante o descansando. En la mayoría de los casos es a fin de satisfacer a quien llama. Posiblemente por una cosa insignificante, pero corta lo que uno esta haciendo. Nos quejábamos de la telefonía fija con su insistente llamada que no cesaba hasta que atendiéramos. Hoy se esta prisionero de «alguna pavada» que alguien quiere decir. Es que hay mucha gente que solo piensa en satisfacer sus deseos o pensamientos. Falta el respeto.
Tras la efímera fama, las personas no tienen reparo en exponerse a actos que los denigra. Equivocadamente creen que eso será eterno siendo más breve que un relámpago. Se han perdido su propia estima y consideración. Ya los limites del buen gusto se han cruzado y se hace incomprensible cual es objetivo perseguido.
¡El dinero! Para obtenerlo, las personas no reparan en nada. Estafan a quien puedan quitarle un peso. No importa ya si es amigo o familiar, se le «mete la mano en el bolsillo» Y siguen caminando por la calle como «grandes señores» Pensar que hace un tiempo atrás las personas se suicidaban por deudas. Se han cambiado los conceptos morales volviéndose indecentes.
Los años anteriores, ¿eran mejores? Eran diferentes.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto