Según la ciencia de las estadísticas, dice que el delito aumenta a pasos agigantados. Las autoridades, ausentes. Es que son reacias a la violencia y entonces que se haga lo que quieran. No se permite la actuación de las fuerzas policiales, salvo que se vean afectados ellos directamente. De poder dormir con la puerta abierta, sin temor y pánico, se esta viviendo encerrados tal cual prisioneros. Los delincuentes se han apoderado de las calles y son sus dueños. Las casas enrejadas y los autos y puertas se han blindado. La vida ha perdido valor y como siempre se busca un culpable, se dice que la droga es la culpable.
Pero no lo es. La policía sabe quienes son los delincuentes de viven en cada barrio. De que les sirve si no los pueden tocar, por orden de arriba. Es que si lo hicieran, las Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones de Derechos Humanos, saldrían en su defensa. Dado que el gobierno no actúa, decimos que son o cobardes o forman parte de la delincuencia.
Hace muchos años las ciudades se amurallaban a fin de evitar que los enemigos ingresaran y saquearan a los habitantes. Habrá que pensar que podríamos volver a esa formula, levantando muros y electrificándolos a fin de vivir tranquilos. El Ejército podría hacerse cargo de la seguridad interna de la ciudad amurallada y se reducirían los delitos. Se podría incluir un foso, tal vez con pirañas ya que es increíble la cantidad de atentados. Era un buen sistema. Solo entraban quienes eran autorizados. ¿Volveremos a lo mismo?
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto