Su hijo lo ordenó sacerdote en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, en un hecho inédito en el país

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La ceremonia contó con la presencia de familiares y fieles de barrio Alberdi. «Espero ser un sacerdote para el pueblo, que mis manos no se cansen de trazar el signo del perdón y entregar el pan de la vida», dijo Raúl Arturo Vera.

Su hijo lo ordenó sacerdote en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, en un hecho inédito en el país.
La ceremonia contó con la presencia de familiares y fieles de barrio Alberdi.
«Espero ser un sacerdote para el pueblo, que mis manos no se cansen de trazar el signo del perdón y entregar el pan de la vida», dijo Raúl Arturo Vera, de 75 años, quien se ordenó como presbítero tras la muerte de su esposa.
De la ceremonia participaron el obispo Eduardo Martín, su par de San Francisco, Carlos Tisera, y el vicario general de Río Cuarto, Julio Estrada.
«Sé que Dios está dentro de mí. Yo pretendo ser el hombre habitado por Jesús que habla solo. Y ella no se fue de mí. Cuando se ha vivido intensamente un amor, esa persona entra en la vida del otro y cuando se va, igual queda allí adentro. Yo me acostumbré a decirle cosas a mi señora, de los hijos, de los nietos…», expresó Vera.

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