Muerte súbita infantil

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Estos últimos días los medios de comunicación se hicieron eco de un hecho desafortunado: la muerte de un bebé sin causa aparente.
Se llama muerte súbita infantil a la muerte de un bebé menor de un año, que luego de ser cuidadosamente investigada, no se explica por una causa concreta. Esta investigación debe incluir autopsia, observación de la escena en que ocurrió la muerte y análisis de los síntomas y enfermedades que el niño pudo presentar antes de fallecer.

Si bien no se conoce con exactitud la causa de la muerte súbita, se han hecho progresos importantes en descubrir algunos hechos relacionados con el mecanismo que la ocasiona, y especialmente en medidas de prevención.
Aparentemente los bebés que la padecen nacen con una anormalidad en la región del cerebro que controla la respiración, la frecuencia cardiaca, la termorregulación y los despertares durante el sueño. Esta alteración haría que algunos bebés sean más propensos a padecer esta causa de muerte.
En el mundo desarrollado, la muerte súbita es la principal causa de muerte en niños entre 1 mes y 1 año de edad. Según SIDS Argentina, organización dedicada a explicar y difundir medidas de prevención de esta enfermedad, en Argentina mueren alrededor de 400 bebés por año por esta causa.
Es más frecuente entre el 2º y el 4º mes de vida, y el riesgo de muerte disminuye mucho después de los 6 meses. Se ha observado que es más frecuente en hijos de madres adolescentes, en madres fumadoras, en hogares donde hay muchos hermanos con poco intervalo entre sus respectivos nacimientos, en bebés prematuros, o gemelares. También es más frecuente en épocas de invierno. El factor de riesgo asociado que se ha demostrado como importante, es el dormir boca abajo.
La explicación de por qué dormir boca abajo es peligroso, especialmente en los meses de invierno, se basa en que el bebé respira mayor cantidad de anhidrido carbónico que él mismo exhala con su respiración. Al estar tapado y sobreabrigado, tiene también hipertermia, es decir aumento de la temperatura. También jugarían un papel infecciones respiratorias leves que ocurren en invierno. En niños con factores predisponentes, como anomalías en su cerebro de centros nerviosos, la suma de una mayor cantidad de anhidrido carbónico, infección e hipertermia podrían provocar un paro respiratorio que llevaría a la muerte si no es advertido, como sucede cuando todos en la casa están durmiendo.

Medidas de prevención
No existe forma segura de predecir qué bebés morirán a causa de este sindrome. Sin embargo, existe un conjunto de recomendaciones que ayudarán a disminuir el riesgo:

• Posición boca arriba: todos los bebés deben dormir boca arriba (no de costado), con los brazos fuera de las mantas de modo que la cabecita quede bien descubierta.
 En los Estados Unidos, luego de implementarse estas medidas en forma  universal en la década del 90, disminuyeron las muertes por esta causa a  menos de la mitad. El riesgo de aspirar leche o ahogarse no tiene lugar en un  niño normal, y el médico deberá decidir las pocas excepciones que debe  hacerse a esta posición: algunas malformaciones de la cara o cabeza, y un  reflujo gastroesofágico muy patológico, por ejemplo.
• Cuna: la cuna debe estar libre de almohadas, almohadones, ropa enrollada o muñecos. El colchón debe ser firme. Los pies del bebé deben apoyar sobre el fondo, de modo que no pueda deslizarse inadvertidamente y quedar cubierto con mantas.
• El fumar durante y después del embarazo se asocia con un mayor riesgo de muerte subita infantil, por lo tanto debe desaconsejarse
• La lactancia materna exclusiva (es decir, sólo teta, nada de mamaderas) se ha visto que es un factor protector. Se cree que esto sucede porque la lactancia es un factor protector de infecciones, porque al ejercitar al bebé la succión del pecho logra un mayor diametro en la faringe, y también porque aumenta la capacidad del bebé de girar su cabeza y protegerse de ahogos.
• Uso de chupete: Existen algunos trabajos que en los ultimos años han demostrado algunas ventajas en el uso del chupete para prevenir la muerte súbita. La recomendación de los pediatras es que el chupete puede comenzar a usarse sólo cuando la lactancia materna esté bien establecida, es decir, a partir de las 3 semanas de vida.

No obstante, las dos recomendaciones principales y probadas para la prevención continuan siendo una posicion adecuada para dormir desde el momento del nacimiento, y la lactancia materna.

 Para saber más:
• https://www.sids.org.ar/subita.htm
• https://www.sap.org.ar/staticfiles/archivos/2000/arch00_4/00_239_243.pdf

Dra Ingrid Waisman
Médica Pediatra
MP6508 Mesp 2749

 

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