Según el proyecto de ley de presupuesto presentado el pasado miércoles por el Ministro de Economía Carlos Fernández en la Cámara de Diputados, se espera una inflación del 8% para el 2009 y una reducción de los subsidios del sector energético que conllevará al aumento del precio del gas. Además se achicarán los subsidios al transporte aerocomercial y para combustibles líquidos, pero esto no influirá a las tarifas de trenes y subtes “de capital federal” al menos por ahora. Por otro lado la presidenta firmó su primer decreto de necesidad y urgencia para ampliar el presupuesto en 36 mil millones de pesos.
Como anunciara la semana pasada en la Cámara de Diputados el Ministro de Economía Carlos Fernández, el presupuesto para el 2009 advertirá una inflación del 8% con un dólar de $3,19. El crecimiento de la economía será estimado en un 6,6% corrigiendo el 4% que se había anunciado anteriormente así como también un incremento en los valores que se ahorrarán por el superávit fiscal que se prevé.
En cuanto a las tarifas han reducido los valores de los subsidios para el sector energético, lo que a todas luces revela que aumentará el precio del gas y muy posiblemente el de la electricidad para el año que viene. Los pronósticos del Gobierno indican que, con los ingresos que se esperan para el período próximo, se podría elevar el gasto público y aún así seguir obteniendo un margen positivo. Esto posibilitaría que se paguen los intereses de la deuda y alguna parte de las amortizaciones.
En lo que se refiere a la inflación, el índice que se ubicaría en el 8% tendería a reducirse a lo largo del tiempo así en el año 2010 sería de 6,7% y en el 2011 del 5%.
Con estos datos que se estiman para el 2009 el Gobierno busca continuar con la solvencia fiscal que ha tenido durante estos 5 años según afirmara el Jefe del Palacio de Hacienda, lo que implica que los ingresos seguirán siendo mayores a los gastos, pero paralelamente los gastos se incrementarán debido al crecimiento que se espera siga teniendo Argentina. Pero por otro lado se disminuirán los subsidios a las empresas energéticas, las cuales aumentarían los precios y se colocarían a valores más cercanos (pero aún así menores) que los internacionales respecto al gas y la electricidad principalmente. A largo plazo si el país no sigue creciendo a un nivel considerable, es imposible sostener los subsidios que mantienen los precios (principalmente de empresas energéticas) sin otra fuente de recursos. Así se puede concluir que si no se conservan los subsidios tenderíamos al equilibrio internacional de precios, que se encuentra muy por encima de los nacionales que son camuflados por los mencionados subsidios.
Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de Lucas Ruffini. Miembro de Fundación EGE. info@fundacionege.org