Esta obra, una vez concluida, tendría 800 metros cuadrados cubiertos más que la vieja planta, donde se produjeron las explosiones del 5 de diciembre último, la cual contaba -según indicó la funcionaria- con 1.600 metros.
PRENSA UNRC – La arquitecta Lucía Fortuna, secretaria de Coordinación Técnica y Servicios de la UNRC presentó ante el Consejo Superior un informe referido a lo que será la nueva planta piloto de Ingeniería, que se prevé tenga 2.400 metros cuadrados y se construya en tres etapas. Esta obra, una vez concluida, tendría 800 metros cuadrados cubiertos más que la vieja planta, donde se produjeron las explosiones del 5 de diciembre último, la cual contaba -según indicó la funcionaria- con 1.600 metros.
Este bosquejo será ajustado por la conducción del Rectorado y volverá en términos de anteproyecto para su aprobación por parte del Consejo Superior, a partir de lo cual el rector Oscar Spada irá a Buenos Aires en búsqueda del financiamiento necesario.
Fortuna confirmó que la nueva planta piloto será edificada en donde hoy están las canchas de sóftbol, en el sector sureste del campus. Dijo que hubo reuniones con los docentes del Departamento de Tecnología Química y las autoridades de la Facultad de Ingeniería. Y que luego «los docentes fueron entregando programas de actividades, con estimación de superficies y necesidades de laboratorio, con lo cual se llegó a una zonificación general por áreas».
La nave central será más grande que la anterior, tendrá 1.200 metros. Los cubículos tendrán tres metros por seis, con espacio para cuatro docentes. Y los laboratorios tendrán cien metros cuadrados.
La funcionaria presentó un esbozo de la nueva obra proyectada, que incluye la planta piloto propiamente dicha; aulas y laboratorios, espacio de uso académico; lugar para las labores de investigación y oficinas para docentes. Cada lugar estará separado de los otros y la construcción prevé amplios espacios de circulación, a los fines de garantizar posibles evacuaciones o salidas de urgencia.
Críticas
La arquitecta Fortuna hizo una lectura crítica de la distribución edilicia de la UNRC y se mostró preocupada por el ingreso irrestricto de materiales peligrosos al campus. Sin embargo, afirmó: «Podemos empezar a crecer de una forma ordenada». Y adelantó que se planea crear en el campus una zona de desarrollo tecnológico de alta complejidad, con actividades e ingresos restringidos.
También adelantó que se está trabajando en la elaboración de «un plan director para la Universidad de los próximos veinte años».
La secretaria de Coordinación Técnica comenzó su alocución diciendo: «En la Universidad hay una falta de planificación desde que surgió. Hay una cantidad de actividades que son conflictivas entre sí y se fue salpicando el campus de la Universidad de edificios, de construcciones y de actividades. No había una idea de planificación. Con los años esta idea se vino desarrollando, pero no se internalizó en la Universidad. Estamos hablando en cuanto a la ubicación de los edificios y al conflicto de actividades. En la Universidad tenemos usos que generan conflictos. Analizando el crecimiento del campus de la UNRC vimos intervenciones conflictivas en medio de actividades que no tienen que ver una con la otra».
Mientras hizo una presentación en la que mostró a través de una pantalla «la concentración edilicia del campus». Afirmó: «Hicimos fotos de esta planimetría a los fines de determinar dónde ubicábamos la planta piloto». Y remarcó: «Este análisis, lamentablemente se hace después de que las cosas pasan. Pero, bueno, se hacen para tratar de que no pasen».
Fortuna señaló: «La primera cosa que vimos es que no hay accesos diferenciados. Los accesos no tienen ningún tipo de control». Y subrayó: «Una cosa es una Universidad abierta y otra es establecer un sistema de controles que son absolutamente necesarios, sobre todo en una Universidad en la que se está trabajando con materiales peligrosos y se están haciendo desarrollos de investigaciones de alta complejidad. Hay una serie de insumos que ingresan a la Universidad, que tienen que estar controlados».
En esta línea, apuntó: «Hay que buscar un acceso diferenciado a los fines de que se pueda controlar todo lo que ingresara a la Universidad, ya sea insumos para la Universidad o todo material que se necesita para las distintas investigaciones».
«Tenemos una situación edilicia compleja, en la que están ubicadas algunas actividades peligrosas y otras con cierto grado de complejidad», remarcó, al tiempo que criticó la ubicación del comedor de Agronomía y Veterinaria y de aulas y espacios dedicados a actividades institucionales en cercanía del Hospital de Clínica y el área avícola. Y dijo que las residencias de docentes «están metidas en el medio del IPSEP (Instituto de Protecciones de Sistemas Eléctricos de Potencia)».
«Toda esta heterogeneidad es nuestro campus», recalcó. Y agregó: «Esto no se cambia de la noche a la mañana, pero sí podemos empezar a crecer de una manera ordenada».
Dijo que va a haber una zona en el campus «en las que se ubicarán las actividades que tengan un desarrollo tecnológico de alta complejidad, que deberán ser reguladas y de participación docente-estudiantil restringida».
Plan director pensando las próximas dos décadas
En su exposición, la funcionaria informó que hubo una reunión con el Colegio de Arquitectos para «sacar a concurso un plan director para la Universidad de los próximos 20 años».