¿Circulo vicioso o viciosos circulares? Pocos se han puesto a pensar en una situación que es tal cual un boomerang. Solo pongamos los hechos «sobre la mesa» En democracia, que significa que el poder lo tiene el pueblo, los que lo conducen actúan en contra. Veamos.
El pueblo vota a ciertas personas que «compran» los votos por medio de prebendas y cargos en el gobierno, municipal, provincial o nacional. Esto aumenta la planta de personal en la administración pública. Para pagar esos sueldos, el político aumenta los impuestos o contrae deudas que termina pagando el ciudadano. Por lo tanto el mismo pueblo que votó a un candidato que prometió puestos públicos, será el que termine pagando esos sueldos. El precio a pagar por el voto es muy caro. Luego el pueblo se queja de la cantidad de impuestos.
Estos son los hechos vistos fríamente. Caemos en un círculo perverso y vicioso. No se crean puestos de trabajo genuino, sino de fantasía. Se ponen personas, no siempre muy capaces, para controlar a empresas eficientes. Es así que esas personas, haciendo valer leyes, decretos, ordenanzas se transforman en «maquinas de impedir» La máxima que tienen sobre sus escritorios es «No se de que se trata, pero por las dudas me opongo» Así quienes pagamos para tener mejores servicios públicos, tenemos solamente enorme cantidad de empleados que mantener que nos dificultan el tramite.
Mientras se siga en la idea obsoleta de que el Estado es «la vaca lechera» y que tiene fondos inagotables, que tomen conciencia de que es una falacia. Aquellos regimenes donde el Estado lo era todo, han desaparecido y solamente le han robado tiempo al pueblo que es lo único valido y que les pertenece. Votemos a quienes procuren reformar al Estado, comenzando por traer industrias que generen trabajo y luego reduzcan el personal sobrante del Estado. No antes.
Atentamente
Juan R Bell