Por Guillermo Geremía – El psicólogo social Sebastián Bertuccelli, un experto en organización ciudadana, dialogó con Telediario Digital sobre el conflicto del campo y la posibilidad de la profundización de la protesta.
«El autoritario inteligente es capaz de resignar algo momentáneamente porque después ya tiene pensado como lo recupera, alguien a quien estamos habituados completamente. Mientras que el autoritario torpe es insoportable con el poder, aprieta y busca, te bate y te persigue hasta debajo de la cama, no te va perdonar nada». La definición pertenece al psicólogo social Sebastián Bertuccelli, quien analizó desde una «mirada emocional» el conflicto no resuelto entre el gobierno y el sector agropecuario.
El consultor de empresas cordobés ubicó a Eduardo Duhalde, Roberto Lavagna y José Manuel De la Sota en la primera categoría de autoritarios y al matrimonio Kirchner en la segunda.
«El autoritario torpe no quiere que cambies como ciudadano, ni que vos te autogestiones, lo que quiere es el poder. Condena a todas las personas sometidas a este poder a organizarse, los condena a ser ellos mismos. El autoritario inteligente evita todo el tiempo que te organices, que te reúnas, que seas vos mismo, te deja en la soledad de tu familia en la vida cotidiana. Separa vida cotidiana de vida política. Estamos dentro de la familia mirando la tele, esperando no se qué, mientras nos venden todo, es decir el marketing sin hombre, pero no le podes decir nada, estás inmovilizado».
El licenciado Bertuccelli hizo referencia a las ideas que desgranó días atrás ante un auditorio completo de productores agropecuarios en el Congreso CREA. Este especialista en organización y participación ciudadana le atribuye al matrimonio presidencial «el haber logrado con su autoritarismo torpe el milagro de que quienes estamos fuera del campo empezáramos a entender todo el mapa del sector, de los intendentes y gobernadores, de diputados y senadores».
«Permitió, por último, rescatar la figura del Parlamento y el Vicepresidente. Eso se llama impecabilidad», aseguró con sorna.
Ante este escenario de emociones (sic) que generó el conflicto, según el parecer de Bertuccelli, «una de las emociones positivas que debe desarrollar el productor en lugar de crisparse es la sobriedad, la templanza y algo muy importante: como el otro quiere concentrar poder de modo torpe, el campo tiene que empezar a compartir poder».
Bertuccelli, quien trabaja en redes comunitarias en políticas sociales, consideró que «es fácil criticar a un autoritario de cualquier tenor, otra cosa es ejercer otro tipo de liderazgos en los cuales ganemos plata pero, para ello es mucho mejor cooperar».
En crítica directa al sector señaló, «la clave para resolver cualquier conflicto está en saber como se va a organizar y como va a cooperar».
De cortes y posibles alianzas
Al ser consultado por la amenaza del campo de regresar a la protesta con nuevos cortes de rutas, Bertuccelli consideró que «esa táctica presionó en su momento y fue efectiva, pero como toda táctica cuando se abusa de ella pierde capacidad de sorpresa y cuando en la estrategia se pierde la capacidad de sorpresa se acabó».
Les sugirió a los dirigentes rurales que deben apelar a maneras de protestar que concuerden con la forma de pensar de los hombres campo, con los valores que les dieron los padres.
«Deben quedarse en un lugar donde son fuertes y no repetirse con tácticas», manifestó y agregó que no hay nada que moleste más al «autoritario torpe» que se lo acorrale con «propuestas, propuestas y más propuestas».
La seducción del cargo
Respecto de la posibilidad de incursionar en política partidaria en el próximo turno electoral, el psicólogo social estimó que «las alianzas que se hagan deben ser cualitativas, la frase de la política hay que sumar y no restar es de terror»
«Es un error estratégico tremendo meter gente en la bolsa total más es mejor. Las alianzas deben ser con gente que realmente coincida con el espíritu del campo, aunque no avance a toda velocidad esta construcción es fundamental», sostuvo.
Bertuccelli asegura que hay muchos que quieren aprovecharse políticamente del conflicto. «Hay gente que te tiene el saco cuando te estas peleando y cuando vos ya te jugaste la vida, son los que se suben a la tribuna para montarse al éxito», advirtió.
El fin del conflicto
«El conflicto no solamente se lo resuelve compitiendo o negociando, se puede hacer otra cosa, hacer algo alterno, cuando no hay con quien pelear el conflicto no se resuelve pero se disuelve», sugiere Bertuccelli.
El psicólogo social llamó a construir un poder con participación que «crezca desde el pie».
Opinó que como la Argentina es un país impredecible «vaya a saber que va a salir de esta encrucijada emocional importante que atraviesa».
Reiteró que uno de los temas irresueltos es saber compartir el poder. «Saber cooperar es una cultura que nosotros no sabemos o no podemos desarrollar, en la pasantía del poder todo lo que a mi me toca lo estoy administrando temporariamente. Si es una tierra que hoy tengo, no solamente la herede de mis padres, me la prestaron mis hijos», reflexionó.