Las claves de la investigación por los ataques a la escuela Sócrates Anaya

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El establecimiento sufrió un incendio en la sala de maestros y ayer rociaron con gasoil la biblioteca. Curiosamente, los autores ingresaron sin forzar la puerta de ingreso. La Directora solicitó que se cite a declarar a todo el personal que tiene llaves del centro educativo. Hay temor a un nuevo ataque. Disponen de custodia permanente para el colegio ante la posibilidad de una nueva agresión.

LOS PADRES SE REUNIERON CON LOS DIRECTIVOS Y DOCENTES PARA PEDIR MÁS SEGURIDAD.

Padres de alumnos de la escuela Socrates Anaya se convocan para pedir más seguridad tras los dos ataques. Se reunirán al mediodía con directivos y docentes a quienes le plantearán su preocupación con las agresiones que se produjeron en el interior del centro educativo.
El establecimiento sufrió un incendio en la sala de maestros que provocó graves pérdidas materiales y ayer rociaron con gasoil la biblioteca. La alarma evitó que los incendiarios provocaran el siniestro. 
Curiosamente, los autores ingresaron sin forzar la puerta de ingreso por lo que la Directora solicitó que se cite a declarar a todo el personal que tiene llaves del centro educativo.
Entre las docentes hay temor a un nuevo ataque que ponga en riesgo la vida de la comunidad educativa y la estructura edilicia.
Desde la Unidad Departamental confirmaron que se dispuso de custodia permanente ante la posibilidad de una nueva agresión.

Las claves de la investigación

La Escuela Sócrates Anaya está ubicada en Azopardo 1270, frente al IPV de Alberdi, un populoso sector en el que conviven familias de ingresos bajos donde el centro educativo es un factor clave para la integración y la contención social de los más chicos.
En el lugar no hay antecedentes de actos violentos contra el establecimiento y tampoco se advierten hechos similares en otras escuelas. Sin embargo, el hecho que conmueve a docentes y alumnos desconcierta a la Policía.
El primer ataque se produjo el pasado 18 de julio, a las 18:30, a plena luz del día y cuando hay una nutrida circulación de vehículos y peatones por el lugar. En principio, los investigadores creyeron que se trató de un robo frustrado pero llamó la atención de que él o los autores no se llevaron ningún elemento, sino que se ocuparon en provocar el fuego que destruyó la sala de maestros. Otros dos focos  generados afortunadamente no se propagaron. Ninguna puerta aparecía violentada, aunque una de las ventanas había sido forzada y se encontraba rota.
«Se ve que quisieron robar y como no pudieron sacar nada se ensañaron con la escuela», evaluó una docente. Sin embargo, con el tiempo se descartaría la opción del robo.
Lo primero que sorprendió a los investigadores es que ningún vecino observó o escuchó algo les provocara sospecha, por lo que la Policia cree que quien ingresó era una persona que habitualmente iba al lugar y no llamó la atención su presencia.
El agresor ingresó una hora después de que se retirara un gasista que realizaba diversas reparaciones y a los pocos de minutos de que porteros y docentes abandonaran el colegio.
«Es probable que quienes provocaron el incendio accedieran por algunas de las puertas de acceso y luego rompieran la ventana para despitar. Este tipo de hechos se producen a la noche para lograr anónimato. Si se hacen a plena tarde es porque creen que nadie sospechará de ellos», indicaron fuentes de la investigación.
El segundo ataque se produjo durante la madrugada, poco antes de la apertura del colegio. Esta vez ingresaron por la puerta principal y no pudieron cerrarla porque debieron huir tras el sonido ensordecedor de la alarma. Llegaron a rociar con el gasoil que guardan en el establecimiento los libros de la biblioteca provocándo pérdidas irreparables.
En el lugar también abandonaron un manojo de llaves de la escuela pero se llevaron las de la puertas traseras por lo que el temor a que regresen sigue latente.
La directora pidió a la Policía que convoquen a todo el personal docente que cuenta con llaves y se intenta dilucidar quien o quienes mantuvieron diferencias, protagonizaron alguna disputa o plantearon disidencias que pudieran hacer sospechar sobre su participación en el hecho.
La posibilidad de que el intento de incendio se repita preocupa en medio de una pesquisa aún sin detenidos.

 

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