Bancos de primera línea a nivel mundial pronostican una gran crisis financiera para antes de septiembre, debido a las discrepancias entre la Fed y el BCE, al proceso de crecimiento a la baja y de la inflación al alza. Combinaciones estas peligrosas que pueden llevar a la economía mundial a una larga recesión.
En el contexto de inestabilidad en el que se mueve el sistema financiero mundial y la economía global, las predicciones son arriesgadas. Sin embargo, la fase de los ciclos económicos que está afrontando la economía mundial combina bajo crecimiento (que sigue desacelerándose de golpe), alta inflación (que avanza a toda marcha) y desempleo elevado. Pero también es cierto que el entorno está plagado de incertidumbres y que, como cada crisis es única, es difícil anticipar los caminos por los que transcurrirá ésta.
No obstante, la rebaja de expectativas económicas es generalizada. La última proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó el crecimiento mundial para 2008 en el 3,7% (cuando en enero la estimación era de 4,2%), sin descartar nuevas revisiones. Para 2009, el ajuste en el pronóstico es aún mayor.
Si bien los expertos aseguran que la situación actual no es comparable con la previa a la de la crisis financiera del 29, ya que las economías son mucho más flexibles y están mejor preparadas las dudas están centradas en posibles hechos que pueden desencadenarse a nivel internacional, como la estanflación en EE.UU., la inflación en Europa o el desequilibrio de los balances de los bancos.
Estos pronósticos se realizan en un contexto en el que las bolsas vuelven a temblar. Tras la mejoría experimentada desde mediados de marzo, junio sólo provoca desazón y devolvió la incertidumbre a los recintos. La prolongación de las tensiones crediticias, problemas de financiación de los bancos y la embestida de la inflación se han encargado de complicar la situación. Los anuncios de pérdidas, de provisiones y las necesidades de capitalización de los bancos se suceden inquietantemente desde hace varios meses, y los expertos creen que surgirán más noticias negativas en el sector.
En este contexto, al que se le suma la creciente escalada del precio del petróleo que eleva los costos de producción de bienes y que agrava la desaceleración de las economías del G-7, si bien hay opiniones divididas, el común denominador es la recesión que comienza a enfrentar la economía mundial con la posible consecución de una nueva crisis financiera mundial.
Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de María Noel Amuchástegui, miembro de Fundación EGE- info@fundacionege.org