El crimen de la docente – Dos sospechosos, un imputado y un homicidio que podría quedar impune

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Hoy declaró una testigo clave en la causa. Se trata de Patricia Scoppa, sobrina de la víctima y esposa de uno de los sospechosos, quien nunca fue imputado. Dijo que su pareja le robaba dinero por su adicción al juego y que Elba Scoppa había sufrido varios robos antes de ser asesinada. Pero, también recordó que Rossi golpeaba a la víctima y la había amenazado de muerte.

La segunda audiencia por el inédito juicio al carpintero Alberto «Tito» Rossi, acusado por el brutal homicidio de su ex pareja, la docente Elva Scoppa, contó con el testimonio de una testigo fundamental que profundizó las dudas sobre el crimen.
Se trata de Patricia Scoppa, sobrina de la víctima y esposa de uno de los sospechosos, quien nunca fue imputado.
La mujer dijo que su pareja,  Martín Guarino -quien fue investigado por la Policía y la Justicia- le robaba dinero por su adicción al juego y que Elba Scoppa había sufrido varios robos antes de ser asesinada.
Guarino fue el último que la vio con vida, el sábado 10 de enero del 2006, dos días antes de que se hallara el cuerpo y una de las primeras personas en arribar a la escena del crimen.
Según detalló su pareja, Guarino le robaba habitualmente dinero para participar de apuestas en carreras de caballo y Elba sospechaba que fue el autor de varios robos previos al homicidio, uno de ellos con la violenta rotura de una puerta.
Luego del crimen, Patricia se separó de Guarino quien se fue de la ciudad. Pese a que tuvieron 2 hijos hablan «muy poco» y el sospechoso no dio a conocer su domicilio fijo. 
Guarino hoy debía declarar como testigo, pero no se presentó.

Amenazas

Patricia Scoppa también hizo referencia a indicios que profundizan la otra hipótesis. Recordó que Rossi golpeaba a la víctima y la había amenazado de muerte.
«Una vez Elva apareció con una hematoma en la cara y nos contó que Tito le pegaba. Había varias denuncias policiales por las agresiones», afirmó.
También recordó que ambos mantenían fuertes discusiones después de separados por deudas en impuestos que mantenía el carpintero que ocupaba un galpón, propiedad de Scoppa.
Aunque no pudo señalarlo con precisión, cree haber visto a Rossi sacar la basura de la vivienda donde mataron a la docente el día en que la asesinaron.
Rossi había declarado que ese día había comido un asado con amigos y que el domingo pasó toda la jornada en una quinta.
De esta forma evidenció las grietas sobre dos hipótesis totalmente distintas, donde solo uno de los sospechosos está imputado, y la sensación de que el hecho podría quedar impune.

El hecho

La víctima fue hallada ahorcada en su domicilio y el principal sospechoso por el homicidio es su esposo, quien mantenía una violenta relación con la mujer.
Rossi aseguró durante el anterior proceso judicial que «el verdadero criminal está libre» y cuestionó duramente al fiscal Cerioni, quien investigó el hecho, hasta hoy impune.
«Es necesario que se reabra la causa porque esto no puede quedar impune. Todavía no se sabe quien cometió el crimen y solo hay sospechas. Elva no se mató sino que la mataron», indicó.
Rossi cuestionó a Cerioni a quien consideró como un «irresponsable» por «no preocuparse de lo que efectivamente pasó».
Elba Ester Scoppa tenía 60 años y era jubilada docente luego de haberse desempeñado como maestra en la Escuela Angeles Custodios. Desde hacía dos años atendía un quiosco que funcionaba en su propia vivienda. Su cuerpo fue encontrado dos días después del homicidio. La mujer estaba con su cuello y manos atados fuertemente con un alambre y una bolsa cubría herméticamente su cabeza.

 

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