La democracia

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La gran dicha que tenemos es de gozar de democracia. Pero… siempre lo hay. Es que no todos tienen la misma interpretación sobre una misma cosa. Solo veamos como es en grandes rasgos gozar de libertad plena. Un día se llama a elecciones para instalar en un recinto a personas que nos representen. Ahí se postulan varios con diferentes ideas a fin de lograr que los ciudadanos sean felices. Unos presentan un muestrario de utopías y otros algo más creíbles. Pero… luego con ese «iluminado» viene cada uno que por favor. Llegado el día sagrado de votar, la mayoría gana. Ya sean comprados, empujados o mentidos, quien más votos obtuvo, se sentará por cuatro años en esa banca.

 

No habrá nadie que los controle y de estar formando parte de la mayoría, tendrán fueros y ni Cristo los toca. Es que la medalla los ampara de todo mal. En el tiempo que dicen trabajar, 1 día por semana, hablaran hasta por los codos. No arreglaran mucho, hasta se diría, casi nada pero tomarán y comerán a costilla de los ciudadanos. El pueblo esta inerme totalmente pero los tiempos se agotan. Los años se nos van y nadie piensa en lo que vendrá. No es como en la religión que no se sabe, aquí se puede prevenir, estimar y calcular lo que dejaran los actos presentes.

Entonces tomemos el poder. Participemos ya que los representantes no sirven. Sin necesidad de «que se vayan todos» usemos los medios modernos, la TV. Que todas las secciones sean públicas, transmitidas por Cadena Nacional limitando los tiempos para los «delirantes» y luego el pueblo vota. ¿Por qué nos tenemos que «tragar» 4 años de ineficientes y que aprueben leyes con las que no estamos de acuerdo? Si se vota quien se queda y quien se va en los Reality Show, hagamos lo mismo en las provincias, ciudades y Nación. ¿Qué tal?

 

Atentamente

Juan R Bell

92061605

Rio Cuarto

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