Los motores de la economía comienzan a crecer a un ritmo más lento y los obstáculos que debe superar cada sector hacen prever una inevitable desaceleración de la economía argentina.
El campo, la construcción, los bancos y las automotrices, sectores claves en el crecimiento del PBI, enfrentan un escenario complicado, al que se le suma una importante disminución del consumo, y el impacto en la inversión, hechos que disminuyen las perspectivas de crecimiento a los niveles alcanzados hasta 2007.
Entrando en detalle, algunos signos que indican la que el 2008 sería el año de desaceleración del crecimiento; ellos son:
El Agro, que tras las subas de las retenciones se encuentra expectante respecto a qué caminos seguir, consecuencia de falta de previsibilidad que le otorga el gobierno a la hora de tomar decisiones de inversión, incorporando en el conflicto no sólo la producción de granos, sino también la de carne y leche.
El consumo, que empezó a dar señales de retracción, y se refleja en las disminuciones de ventas en los shoopings, supermercados y en el menor consumo de servicios públicos.
Los bancos no logran abaratar el costo de los préstamos y su principal fuente de ingresos, el financiamiento de las compras, comienza a encontrar un techo
La construcción encuentra cierta saturación en el segmento premium y aún no están las condiciones dadas para que la clase media pueda acceder a una nueva vivienda, algo permitiría que el sector siga creciendo.
Las automotrices enfrentan un panorama gremial complicado y la suba en los costos laborales que se ha venido registrando le ha restado competitividad frente a Brasil, principal destino de los envíos.
La inversión, afectada tanto por la desaceleración de la construcción, que comenzó en 2007, como por las expectativas ante lo que pueda suceder en la economía en los próximos meses, lo que retrasa las decisiones de invertir en capital.
En conjunto, los cuatro sectores aportan más del 25% del Producto Bruto Interno (9% la ganadería, agricultura, silvicultura y caza; 6,1% la construcción; 5,2% la automotriz y 4,8% los bancos) sufrirán las consecuencias de la inflación y la falta de inversiones, convirtiendo al 2008, tras 6 años de crecimiento sostenido a un promedio del 8%, en el primer año de desaceleración del crecimiento económico.
Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de María Noel Amuchástegui, miembro de Fundación EGE. info@fundacionege.org.