«A biscottini non si campa» dicen los italianos. Es un refrán que significa «Con un bizcocho no se sobrevive» Asociamos ese dicho con lo que sucede con los jubilados de nuestro país. Tenemos millones que viven de la Seguridad Social y es valido ya que lo ganaron y se lo merecen. Pero no reciben sino bizcochos.
En los países del primer mundo las jubilaciones son más que decentes y quienes las reciben pueden disfrutar de sus días de merecido descanso. Los nuestros deben continuar trabajando ya que con artilugios propios de una mente diabólica, no se reconoce el porcentual de lo que aporto y se lo apropia el gobierno. En palabras sencillas y comprensibles para todos, los gobernantes los robaron.
Es posible que al ver tanto dinero, desde la creación de las jubilaciones, se forzó a invertir en papeles que resultaron inservibles al poco tiempo. Los estafaron. No eran dinero de ellos, pero lo transformaron en propios para dilapidarlo. Crearon empresas virtuales que costaron miles de millones. Un porcentaje quedo en otros bolsillos. Así se les estafo a los jubilados. Siempre fueron considerados como material descartable a quien se le podía estafar descaradamente. Y así se hizo. Ningún político cumplió con los buenos deseos de corregir eso. Llegados a la banca, se olvidaron de todo. Es que la banca, siempre gana.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Río Cuarto