El Otoño de la Economía

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En periodismo, es tan malo llegar tarde a la noticia como adelantarse demasiado. Esto último es lo que hacen quienes hoy ya ven la catástrofe en la economía. Son quienes comparan los escenarios de la era Néstor con la era Cristina.  Veamos lo que dicen :

1) Cuando asumió el ex presidente había mucha capacidad instalada sin usar. Hoy la economía trabaja casi a pleno y la única alternativa es invertir para crecer. Eso es cierto, pero también hay más. Si bien la inversión extranjera no existe, en el 2007 la inversión total acumulada fue cercana a 27 % del PBI. Algo nada despreciable por cierto. Que la calidad de la inversión sea cuestionable por centrarse en la construcción residencial es otra cosa, pero no se puede negar que para una relación producto capital que orilla entre 0,25 y 0,3 el crecimiento debería mantenerse superior al 6,5 %. A corto plazo entonces hay un movimiento todavía fuerte de la economía.
2) Cuando subió el ex presidente la devaluación y el tipo de cambio alto favoreció las exportaciones. Hoy el tipo de cambio ha sido erosionado con la inflación. Eso es cierto pero está todavía arriba de lo que fuera a la salida de la convertibilidad. A medida que la economía empeore, habrá que sacar impuestos al comercio exterior.  Es la lucha actual del campo. Es la suerte del campo en la negociación  la que marcará también el rumbo del movimiento de la economía general. Si el gobierno deja de confiscar, se retomará el envión.
3) Cuando subió el ex Presidente, el desempleo y los salarios bajos generaron altas ganancias. También es cierto que hoy el desempleo es de un dígito y hay incremento salarial. Sin embargo los salarios son aumentados en muchos casos en cuotas que a la luz de la inflación implica licuar salarios pese al teatro de muchos dirigentes sindicales. No es la cuestión salarial la que habrá por ahora de trabar la economía
4) Cuando subió el ex presidente los precios internacionales empezaron a subir y había mucha liquidez internacional. Hoy los precios están volátiles pero todavía están históricamente en niveles elevados. Se creció antes, se seguirá creciendo ahora.
 Los argumentos podrían continuar. El mensaje es que hay que ser cautos y no catastrofistas. Si bien hoy no se puede afirmar que la economía se ha enfriado y que ha llegado el invierno si hay señales de que estamos en el otoño de la economía Kirchner. Porque los problemas no son para este mes ni el próximo sino a medio plazo. A medio plazo hay nubarrones feos en la economía. Por varias razones. Porque las distorsiones generadas en los precios relativos requerirán tiempo para acomodarse en el futuro. Porque no se sale de una crisis energética cambiando bombitas por las de bajo consumo, porque la reconstrucción institucional mediante el rescate de la división de poderes y el federalismo será lenta.
 ¿Cual es entonces el problema hoy? ¿Porque se puede decir que estamos en el otoño de la economía? No solo porque el mundo esté en crisis energética, financiera y ecológica sino porque el Gobierno ha hecho todo lo posible para aumentar la inflación y la inflación mata a la actividad económica. La gente con acceso al crédito se endeuda y sigue consumiendo lo que puede frente a los precios. Los pobres sufren cada vez más. Lo que se está gestando es una futura crisis por aumento de los precios y eventual agotamiento del crédito personal. La economía se mueve cuando hay demanda. La demanda la genera el consumo, la inversión y las exportaciones. Todavía la inversión y las exportaciones están bien. Sin embargo, mantener una economía en base a controles de precios, subsidios, y un aumento del gasto público imposible de financiar salvo en niveles intolerables de confiscación sólo puede terminar mal.  El resultado está a la vista. La inflación es rampante. Es decir el impuesto inflacionario a la gente es rampante. Es decir la voracidad fiscal es rampante. Los precios sacuden cualquier carrito en los supermercados y el consumo necesariamente empezará a bajar. Sin consumo que da cuenta de casi cuatro quintas partes de la demanda el crecimiento habrá de caer. Sin consumo, sin demanda efectiva la inversión terminará por sufrir.  No hay alternativa.
 En el corto plazo seguimos disfrutando del Titanic.  Cuando se mira hoy la sucesión de espectáculos importados no se puede creer. Desde Rod Stewart a Enrique Iglesias, de este a Roberto Carlos y así por delante. Esto significa que la inflación no solo está comiendo los salarios sino también los efectos de la devaluación. Estamos ciertamente en el otoño de la economía. Hay que prepararse para el frío mayor. A la gente entonces, hay que avisarle sin exagerar los tiempos. De lo contrario tanto asustaremos con el lobo, que cuando este venga no le haremos caso…
Dr Roberto Tafani

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