El elevado costo de los préstamos personales

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Con una inflación oficial que ronda el 9% anual, los bancos pagan, por depósitos a plazo fijo a 30 días, tasas que se pactan a un punto menos, pero si se quiere tomar un préstamo personal, la tasa de interés efectiva anual promedio es del 40 por ciento. Las tasas de interés van del 23 al 35%, pero el costo financiero total que se cobra por todo concepto las eleva, en general, a valores entre el 39% y el 55%.

Según un informe publicado por el BCRA, la tasa efectiva anual promedio pagada por los bancos comerciales para préstamos personales, el tipo de financiación más ofrecido por los mismos por estos días, es del 40%.  Aún así, esta tasa es hasta tres veces menor que la tasa de interés efectiva promedio con que las cadenas y comercios minoristas financian sus ventas en cuotas, y dos veces menor que la que aplican las financieras que escapan de las regulaciones del BCRA.
Según indica dicho informe, en el último año disminuyó la cantidad de entidades que ofrecen financiación a tasa variable. El motivo radica en que «por la fuerte competencia que tienen con las cadenas comerciales minoristas, los bancos aprendieron que lo que mira el tomador del crédito es el monto de la cuota que tiene por devolver y le interesa no tener sorpresas con eso. Por eso es natural que la mayor competencia en préstamos personales se registre en productos a tasa fija», según explica al diario el economista Fausto Spotorno, del estudio Orlando Ferreres y Asociados.
Otro de los motivos que llevó a los bancos a volcarse a la tasa fija es el menor costo que enfrentan por administrar este producto, al no tener que someterse al proceso de recalcular la tasa, como debe hacerse con la tasa variable.
No obstante, y pese a su elevado costo final, los préstamos personales son la línea de financiamiento bancario que más crecieron en los últimos años, al punto que el stock de dinero que los bancos colocaron en el mercado por esta vía ($23.600 millones, según los últimos datos oficiales) muestra un crecimiento del 61% anual. Y es que el consumidor argentino, debido al temor de que la persistente y elevada inflación argentina termine erosionando su poder adquisitivo, decide adelantar consumos y así luchar contra el fenómeno inflacionario.

ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE FUNDACIÓN EGE CON LA COLABORACIÓN DE María Noel Amuchástegui – MIEMBRO DE FUNDACIÓN EGE – info@fundacionege.org

 

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