Cuando los juegos de azar enferman

0
Compartir

«Perdía mucho dinero en estos 16 años y estuve a una hora de separame de mi esposa. Fui un jugador compulsivo que me he recuperado pero no curado…» es el duro testimonio de José que volvió de una pesadilla.

Jugarse una fichas en el casino y perder el dinero que traímos en el bolsillo comienza como una diversión. Luego se hace reiterativo, cotidiano y… hasta necesario. Luego es  incontrolable, desesperante. Tanto que hasta que el jugador compulsivo comienza a engañarse a sí mismo sin reconocer su error de jugar, apostar e ir perdiendo todo su dinero. Llega hasta mentirle a su familia con el pretexto de volver y ganarle a «esas máquinas prometedoras de fortuna». Y es así que comienza la adicción, un camino (muchas veces) sin retorno…
«Si no hay una contención familiar y un apoyo de las instituciones recuperarse es muy difícil», afirma José: «Yo fui un jugador compulsivo que casi pierde a su familia. En Río Cuarto, hay grupos de autoayuda que pueden despertarnos de esta pesadilla».
Por otro lado, José puntualiza :«Yo no me opongo a que los casinos y slots estén abiertos pero creo que es necesario reducir los horarios. Quiero que otros no caigan en el pozo que caí yo», concluyó José. 

Más detalles de este testimonio en nuestra edición del lunes a las 7 hs.

 

Commentarios

commentarios

Compartir