Con los ojos cerrados

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Cerrando los ojos y aprovechando los días del otoño, solo soñamos e imaginamos. Hacíamos el cálculo de los expedientes que debe haber en los Tribunales de todo el país llegando a la conclusión de que no habrá menos de dos o tres millones. Por supuesto que sin decisión final. Dado que no sabemos, ya que se trata de información confidencial, solo deducimos. Los jubilados, los piqueteros, los comerciantes, los trabajadores, los sin trabajo, los chacareros, los industriales, los militares, los maestros, los escolares, los padres, las madres, los indigentes y los ricos; con tres millones, me quedo corto.

Entonces deducimos que nadie sabe nada y se recurre a quienes se están creyendo dioses. Si duele una muela, se presenta un recurso de amparo y demanda en contra de alguien, no importa quien, a fin de que pague algo. Si se porto mal en el trabajo y es despedido, demanda por el dolor moral que eso le causa. Y así vamos en el país. No se sabe hablar ni consensuar, que lo arregle otro.

Pero se pretende que el país sea visto de afuera como algo confiable y serio. Lamentablemente causamos risa ante el mundo. Estamos a punto de perder los 7 millones de toneladas de trigo que vendíamos a Brasil. Y lo compraran a Canadá, Estados Unidos o Europa. Y perderemos los mercados de carne y todo por un par de inútiles que están en el poder. ¿Donde? Por todos lados, son fáciles de identificar. Solo síganles los pasos.

Atentamente

Juan R Bell

92061605

Rio Cuarto

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